Construyendo lazos fraternales sólidos
Familia

Construyendo lazos fraternales sólidos

Las relaciones entre hermanos son diferentes, según cada etapa del ciclo vital, y poseen características que enriquecen al ser humano y lo apoyan en el proceso de socialización.

La construcción de las relaciones interpersonales ocurre desde la infancia y continúa durante todas las etapas de la vida. Estas construcciones están influenciadas en cierta medida por la forma en cómo se establecieron las relaciones con los hermanos en la niñez.

Dentro del núcleo familiar, es con los hermanos con quienes se aprende a compartir, negociar, competir, ser solidario, leal, respetuoso, entre otros valores, que apoyan a la socialización del individuo con el ambiente exterior.

El ambiente donde se lleva a cabo la crianza de los hijos, determina qué tan sólida será la relación entre los hermanos. El trato que los padres manifiestan hacia los niños, puede marcar la diferencia, es decir, si estos se encargan de crear un clima en el hogar donde no existan preferencias ni comparaciones, sino que, al contrario, se promuevan valores como la igualdad, solidaridad, lealtad y respeto, seguramente los hijos crecerán con la seguridad de que serán sus propios hermanos quienes les ofrecerán lo que necesitan, si llegaran a encontrarse en una situación de conflicto.

¿INFLUYE EL GÉNERO?

Se podría afirmar que la fraternidad no tiene género. El vínculo entre hermanos del mismo sexo o del contrario, se establece a partir de las experiencias vividas, sean favorables (como todo lo relacionado con diversión y alegría) o desfavorables (como enfermedades y accidentes). Debido a lo anterior, se puede crear una empatía y complicidad basada en el amor, en donde el sexo no es un factor determinante.

Si este vínculo afectuoso no se llega a generar, puede deberse a la diferencia de edad que exista entre los hijos, pues en estos casos, los intereses de los involucrados pueden ser muy diferentes. Obviamente, existen excepciones, donde hermanos mayores y menores establecen un vínculo fraterno sólido.

CONTEXTO FAMILIAR

Como ya se mencionó, la crianza de los hijos juega un papel fundamental en la concepción de lazos fraternales profundos entre hermanos. Normalmente, en las familias donde los padres coinciden en la forma de educar a sus niños, existe un desarrollo favorable de las relaciones interpersonales, debido a que prevalece un ambiente armonioso dentro del hogar.

Se trata de familias con una comunicación abierta, que permite la libre expresión de sentimientos e ideas de sus integrantes, en donde se establecen límites y reglas, y se vigila la aplicación de los valores fomentados.

HERMANOS EN ETAPA ADULTA

Muchas personas, al llegar a la edad adulta, se mantienen en constante contacto con sus hermanos, lo que vuelve a esta relación la más duradera de la vida. A lo largo del ciclo vital, este vínculo parecen tomar la forma de un reloj de arena, con el mayor contacto en los dos extremos y el menor contacto durante los años de crianza. Después de establecer sus carreras y familias, los hermanos tienden a renovar los vínculos.

Las relaciones con los hermanos que permanecen en contacto son importantes para el bienestar psicológico en la edad madura, y cumplen propósitos diferentes para hombres y mujeres: para ellas, los sentimientos positivos hacia los hermanos están vinculados con un autoconcepto favorable; para ellos, esta construcción interpersonal está relacionada con la alta moral. Es decir, entre más contacto tengan hombres y mujeres con sus hermanos, menos probable es que desarrollen síntomas de problemas psicológicos.

GRANDES AMIGOS

Pese a las diferencias en la personalidad de cada uno, los hermanos suelen ser grandes amigos en edades adultas, y muchas veces suelen compartir el sentido de la diversión y los valores que sus padres les inculcaron.

Más que otros miembros de la familia, los hermanos proporcionan compañía como lo hacen los amigos, además de apoyo emocional. Si existe conflicto y rivalidad, por lo general se resuelven en la vejez. En la etapa adulta, los hermanos están listos para proporcionar ayuda tangible y buscar soporte entre sí en caso de alguna emergencia como enfermedades o muerte de algún ser querido.

Por otro lado, en esta etapa la muerte de un hermano se entiende como una parte normativa, sin embargo, es probable que los sobrevivientes se aflijan intensamente y se vuelvan seres solitarios o deprimidos.

Este acontecimiento representa en muchos casos, no sólo la pérdida de alguien que resulta un gran apoyo, sino una pérdida parcial de la identidad. Asimismo, invita a pensar en la cercanía de la propia muerte.

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