La carrera espacial ha sido un tema geopolítico desde la época de la Guerra Fría, pero ahora, grandes conglomerados privados se han unido a la investigación y exploración extraterrestre.
El doctor Rodolfo Neri Vela, primer astronauta mexicano e integrante de la Misión STS-61-B, segunda del transbordador Atlantis de la Administración Aeronáutica del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), dio su perspectiva sobre el futuro de la industria con la llegada de las empresas SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic de los empresarios Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson, respectivamente, luego de que en julio de 2021 se realizaran dos primeros vuelos históricos con turistas espaciales.
Con la llegada del turismo espacial, ¿qué diferencia a SpaceX de Blue Origin y Virgin Galactic?
Las tres empresas han tenido diversos proyectos que hasta ahora han sido muy exitosos, y cuando menos tenemos 20 años desde que se hacen este tipo de viajes.
Hablando sobre las tres empresas, específicamente SpaceX ha sido la más favorecida por la NASA, y su éxito es tal que ha colaborado con la agencia en varias ocasiones para transportar tanto carga como personal a la Estación Espacial Internacional (EEI) para que esta opere adecuadamente, y sobre todo para cerrar el capítulo en el que la NASA dependía fuertemente de Rusia para llevar a sus astronautas en las cápsulas Soyuz.
Estas empresas usan métodos muy diferentes y han logrado cosas distintas. En el caso de Blue Origin de Jeff Bezos, los viajes duran aproximadamente 10 minutos. Los turistas ingresan a la cápsula New Shepard, donde los tripulantes experimentan la ingravidez por un breve momento al cruzar la línea de Kármán.
En cambio, Virgin Galactic usa una técnica muy distinta para los viajes, principalmente porque no usa una cápsula espacial sino que se trata de una nave un poco parecida al transbordador espacial, misma que va a adherida a un avión nodriza. Ambos despegan como un avión comercial y van subiendo, subiendo y subiendo hasta alcanzar una altura específica, cerca de la línea de Kármán (la cual no han cruzado) a 90 kilómetros y es cuando se separan. Este viaje dura cerca de hora y media.
Aquí entra la polémica sobre quién llegó y quién no al espacio, pues la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y la NASA establecieron hace mucho tiempo que a los 80 kilómetros sobre el nivel del mar ya estás en el espacio, cuando internacionalmente es a los 100 kilómetros. Son diferencias no muy significativas.
Blue Origin sí la cruzó, llegó un poquito más lejos, 105 o 110 kilómetros sobre el nivel del mar. Lo que sí es que ambas empresas hicieron muchísimas pruebas.
Volviendo a SpaceX, ellos también tienen planes para llevar turistas, pero no del tipo suborbital como Virgin Galactic y Blue Origin, sino orbital, donde podrás permanecer dos o tres días en el espacio, disfrutar de la ingravidez más prolongadamente y fijar en tu mente las imágenes de distintas zonas geográficas.
¿Cómo se ha desarrollado el turismo espacial a lo largo de los años?
Desde que la NASA no les compra asientos de cápsulas a los rusos, se han liberado espacios para viajes espaciales con la Agencia Espacial Rusa. Con ellos, cada boleto cuesta alrededor de 50 millones de dólares y los llevan a la Estación Espacial Internacional, donde se quedan varios días; sin duda es una experiencia increíble. Ya están previstos algunos vuelos, al menos dos, en donde van a ir personas que no son científicos o investigadores, pero sí exitosos hombres de negocios. En cada cápsula Soyuz irán dos turistas de alto costo y un especialista que será quien opere la nave.
Es un tipo de negocio que no se escucha mucho en los medios nacionales pero que existió hace 20 años cuando los rusos empezaron a llevar algunos turistas a la Estación Espacial Mir, que ya no existe porque después de operar durante muchos años fue perdiendo altitud y finalmente se desintegró en la atmósfera. Estamos hablando de turismo espacial que data desde hace dos décadas y que los rusos están retomando para poder obtener ingresos, pero son viajes costosos.
Por otra parte, tenemos el turismo espacial estadounidense, en el cual se realizaron vuelos inaugurales este mes de julio (2021), porque no son todavía operativos al 100 por ciento.
De acuerdo con lo que se ha dicho en los medios y los propios personajes involucrados, el señor Richard Branson de Virgin Galactic quería vivir la experiencia personalmente y, digamos, supervisar y ver qué se puede mejorar para que los clientes tengan la mejor experiencia de su vida; dar un servicio de muchísima calidad. Lo mismo podríamos decir de la empresa Blue Origin. En cuanto a los costos, con Blue Origin pareciera que uno puede comprar un boleto mañana o pasado mañana porque están aprovechando la novedad, ya que están haciendo subastas, como si estuvieras comprando un cuadro de Picasso o Miguel Ángel. Hay personas que ofrecen varios millones de dólares para estar a bordo de la cápsula para un viaje de 10 minutos de duración.
En cambio, la empresa rival, Virgin Galactic, aparentemente ya tiene una lista bastante extensa de pasajeros en espera desde hace varios años. Recordemos que esto lleva 20 años. Se dice que hay muchas celebridades de Hollywood que tienen una capacidad económica muy elevada para estar en el vuelo. A lo mejor Leonardo DiCaprio, Angelina Jolie, Brad Pitt, según lo que se lee en los medios.
Ese boleto es barato, cuesta 250 mil dólares. Fue el precio promoción de lanzamiento, pero quién sabe si se vaya a sostener, porque 250 mil dólares es una bicoca en comparación con los que están pagando millones de dólares en las subastas de Blue Origin y los casi 50 millones para estar en órbita alrededor de la Tierra en la Estación Espacial Internacional con los rusos en las cápsulas Soyuz.
¿Qué tipo de entrenamiento necesitarían los turistas espaciales a diferencia de un astronauta profesional?
Los turistas nada más estarán unos minutos, no necesitarán entrenamientos prolongados ni complicados, pero sí requerirán de revisiones médicas; que si les funciona bien el corazón, si no tienen problemas óseos importantes porque van a tener que resistir las aceleraciones altas de las naves.
En el caso de Blue Origin tuvimos el caso del viajero espacial más joven del mundo, con 18 años, y de la mujer más longeva, con más de 80 años, lo que demuestra que no es necesario (el entrenamiento). Esto es un caso muy importante porque tuvo estas dos partes, quienes compartieron asiento con Jeff Bezos y su hermano.
Para Virgin Galactic tampoco se requiere de gran entrenamiento; los futuros pasajeros llegan a un hotel en el espacio puerto en Nuevo México, reciben información y se van preparando emocionalmente para el viaje. Lo que quieren es pasar un rato agradable porque, además, para que esto se vuelva un negocio redituable van a tener que hacer vuelos todos los días.
Imagínate, si tienes vuelos todos los días como en un centro de diversiones, ¿dónde vas a entrenar gente? Sería imposible.
En cambio, los que van a vuelos orbitales sí necesitan entrenamiento riguroso, serio. De hecho los turistas espaciales que en los próximos meses irán a bordo de las cápsulas Soyuz a la Estación Espacial Internacional en el centro espacial ruso, a las afueras de Moscú, sí lo requerirán.
Avancemos unos años, supongamos que ya se hacen viajes diarios e incluso se llega más lejos. ¿Cómo proteger el legado espacial y las áreas de investigación como son la Luna y Marte de la contaminación humana?
Es un punto muy importante, habrá que revisarlo rigurosamente y deberá estar agregado en todos los artículos de los contenidos internacionales sobre derecho espacial porque sí se cree que más adelante, a mediados o finales de este siglo, se pueda convertir en un grave problema con los campamentos humanos que se puedan establecer en la Luna o suelo marciano, o incluso las industrias que lleguen ahí para realizar excavaciones y explotar recursos naturales. Obviamente algunos serán para procesarlos localmente, pero otros los tienen pensados para exportación hacia la Tierra y no queremos que lleguen gérmenes u otras cosas extrañas.
Desde mi punto de vista, es menos probable que vengan cosas raras de la Luna. El principal problema sería traer algo contaminante del planeta Marte, donde todavía no se sabe a ciencia cierta si existió vida hace millones de años o si todavía existe en forma microbiana a metros de profundidad; eso sí sería un grave riesgo.
Si ahorita estamos sufriendo para salir de COVID-19, ¿cómo sería si te llega un bicho raro en una cápsula disque hermética y súper segura? Por el momento basta con esperar las misiones robóticas hacia el planeta rojo, pues la NASA planea llevar astronautas dentro de tres o cuatro años, entre ellos las primeras mujeres.
¿Cómo se han visto los gobiernos obligados a permitir la participación de estas empresas privadas? ¿Depende de su financiamiento el permitir el turismo?
Vivimos en un mundo donde todavía hay mucha división, ya sea por intereses económicos y políticos, o cuestiones geográficas, lo que genera el que “mientras el enemigo potencial esté más lejos, mejor”, y los que quieran sobrevivir se tienen que esforzar por generar nuevas tecnologías, nuevos conocimientos, porque eso tiene mucho valor. Es una carrera entre muchos países, donde tradicionalmente hay países punteros. Estados Unidos ha sido líder, pero los europeos también han tenido crecimiento. Por eso la Estación Espacial Internacional fue ensamblada y es operada por Estados Unidos, los países europeos, Japón y Canadá. Rusia también fue invitada.
Por otra parte están Rusia y China, quienes han tenido un despegue extraordinario. Estos países no estuvieron interesados en el programa Artemisa, que es el regreso a la Luna dentro de unos años.
Si todo sigue como hasta ahora, donde faltan pocos años para que Rusia se despida de los socios de la Estación Espacial Internacional, es cuestión de tiempo para que veamos un campamento científico multinacional liderado por la NASA en la Luna, y otro liderado por Rusia y China. Dudo que el turismo espacial forme parte central de las finanzas para este tipo de exploraciones.
¿México cómo podría formar parte de esta revolución?
Transformándose. Aunque parezca una palabra politizada, México necesita una verdadera transformación, no sé quién la vaya a realizar, no sé qué sistema, qué gobierno o qué presidente lo vaya hacer. México ha padecido muchas cosas desde que perdió la mitad de su territorio, y no pasa nada, nadie reclama nada.
Recientemente se formó la Alianza Latinoamericana para la exploración espacial ¿Qué promete eso para la región?
Como toda propuesta bien intencionada se firman acuerdos de entendimientos para formalizarla. Yo creo que sí sería útil, pues nos están dejando atrás las grandes potencias en la carrera espacial y lo único que hacemos en Latinoamérica y el Caribe es ver, comprar y hacer algunos esfuerzos académicos de realizar satélites miniatura.
Son esfuerzos que aplaudo porque se requiere de mucho compromiso para realizarlos, pero la realidad es que hace falta mucha inversión. El presupuesto de la Agencia Espacial Mexicana es insuficiente, apenas alcanza para la nómina y para tres o cuatro cosas, por lo que no puede financiar proyectos de la iniciativa privada, como sí ocurre con la NASA o con la Agencia Espacial Europea.
Los esfuerzos han sido aislados por parte de varios países, pero lo ideal sería que se utilizaran todos los recursos humanos y de instalaciones de todos los países de América Latina para que se forme esta agencia regional.
Ningún país hasta el momento ha levantado la mano y ha dicho “yo pongo 500 millones de dólares”, pues solamente la Agencia Espacial Mexicana cuenta con un presupuesto de cinco millones de dólares anuales ¿Cuándo México (o Colombia o Argentina) va a decir “yo pongo 500”? Con buenos deseos no se va a lograr nada, más si a eso le sumamos los cambios de gobierno y políticas diferentes.
Si se llega a formalizar, hay que blindar- Se deben pactar presupuestos fijos entre los países participantes, que se mantengan establecidos para que no llegue un gobierno distinto y te lo quite, propiciando que quedes mal con los países miembros y los proyectos que duran varios años se queden truncados, nunca se terminen, y hay que buscar quién pone el financiamiento.
Hay que ser muy serios en ese sentido, ya no nos podemos permitir andar remendando cosas sobre la marcha, sino realmente tener un plan estratégico y de financiamiento a largo plazo.
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