A algunos hombres, los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro.
Gilberth Keith Chesterton
Cosplay: una palabra que a través de los años se ha ido normalizando y conociendo entre la gente “normal” y que los frikis (que es extraño y estrafalario) llevan años pronunciando. Envuelto de controversia en la cultura geek (término que se utiliza para referirse a la persona fascinada por la tecnología y la informática), la gente puede odiarlo, amarlo, respirarlo o simplemente aceptarlo.
Este fenómeno es parte fundamental de las convenciones de cómics y con los años se ha expandido por el mundo gracias a las redes sociales. Pero, ¿qué es el cosplay?
Primero, entender que la palabra proviene de los vocablos ingleses costume (disfraz) y play (jugar, interpretar), lo que a primera instancia se entendería como juego de disfraces, aunque el concepto es algo que va mas allá de su propia definición.
Segundo, saber que hay una enorme diferencia entre usar un disfraz y usar un cosplay; la principal, quizás, es que el cosplayer debe actuar, moverse, posar o incluso hablar como ese personaje que está interpretando, algo que no sucede con un disfraz, de un niño, por ejemplo.
ORIGEN
El origen de esta actividad suele ser objeto de discusión y aunque colectivamente se cree que proviene de Japón y que tiene poco tiempo, la realidad es que existe desde hace más de 100 años y surgió en Norteamérica.
Aunque hay informes de que en 1876 el escritor de ciencia ficción Julio Verne realizó una mascarada donde acudieron personas con disfraces similares a los de sus libros, el primer registro que se tiene de alguien realizando cosplay (léase haber realizado el vestuario, interpretar al personaje y asistir a una convención) ocurre en 1908, cuando William Fell y su pareja asistieron a un carnaval de patinaje con máscaras en Cincinnati, Ohio. Hicieron un cosplay de un famoso personaje de tiras cómicas llamado Mr. Skygack.
Más adelante, en 1939, durante la primera Convención Mundial de Ciencia Ficción, en el Salón Caravan, de Nueva York, Myrtle R. Douglas y Forrest J. Ackerman utilizaron un cosplay futurista inspirado en la película Things to come; fue tal el éxito que en años posteriores más personas se unieron a esta tendencia.
Hay quien afirma que el cosplay surgió en 1970 en los Comic Market de Japón, que se celebran en Odaiba (Tokio), lugares de compra/venta de mangas donde los fanáticos empezaron a asistir a los eventos de cómic disfrazados de sus personajes favoritos y que a la par, gracias a las comunidades de Star Trek y Star Wars comenzó el boom.
Fuera de estas discrepancias de origen, en lo que todos están de acuerdo es que el término cosplay lo acuñó el escritor japonés Nobuyuki Takahashi, cuando en 1983 visitó la Convención Mundial de Ciencia Ficción en Estados Unidos. Takahashi quedó tan encantado con el caleidoscopio de personas que llevaban diferentes trajes a modo de sus personajes favoritos, que cuando regresó a Japón escribió sobre ello en la revista My Anime. Para ese tiempo, la actividad aún no recibía un nombre que describiera lo que hacían los fanáticos, y tras debatirse un término apropiado, se decidió usar el hiragana コスプレ, que quiere decir cosplay.
Myrtle R. Douglas y Forrest J. Ackerman en la Convención Mundial de Ciencia Ficción de 1939.
A pesar de tener un nombre oficial en ese tiempo, el cosplay era mal visto por varias personas, reduciendo su actividad a la cultura geek y convenciones; no fue sino hasta el año 2007 con series como Big Bang Theory y con el surgimiento de películas de Marvel como Iron Man en 2008, que la gente comenzó a mirar con buenos ojos esta subcultura, provocando que se volviera mainstream y que, incluso, algunas personas pudieran ver una oportunidad de negocio en este arte.
TIPOS DE COSPLAY
En ocasiones, el cosplay va más allá de simplemente parecerse al personaje, y como todo arte, tiene diferentes expresiones; algunas de ellas son:
Cosplay básico: Es la forma más clásica de realizarlo. Usualmente, quien realiza el cosplay elige un personaje que sea de su agrado o con el que se sienta identificado. También es normal que se busque un personaje que se adecúe a la altura, físico o edad de la persona.
Crossplay: En esta rama del cosplay, una persona de cierto género se dedica a interpretar a alguien del género opuesto; es decir, una mujer puede interpretar a un hombre y viceversa. Aquí se buscan características físicas más específicas para realizarlo. Por ejemplo, normalmente, las mujeres buscan personajes masculinos andróginos o con físicos más delgados.
Gender Bender: También conocido como cambio de género, tal como su nombre lo indica, es cambiar el género del personaje a interpretar. Esta variante se ha visto envuelta en polémica, debido a que el eje central del cosplay es verse lo más parecido al personaje original; sin embargo, mientras la esencia de este se mantenga, se puede jugar con la modificación del vestuario para ser lo más fiel a este.
Mecha Cosplay: Una de las variantes más complicadas, ya que quien lo realiza elije interpretar a personajes complejos con armaduras o robots. Este tipo de cosplay requiere todo tipo de materiales e implica una creatividad extensa para que se asemeje a metal, vidrios, cables, etcétera. Tienen una amplia participación los llamados PropMakers, que son las personas que realizan los accesorios, aunque ocurre en ocasiones que el cosplayer suele fungir como estos.
Furry: Aunque existe una comunidad que tiene este nombre, para el cosplay es el disfraz de cuerpo completo, que oculta su rostro y cuerpo en un animal antropomórfico con comportamientos humanos; el traje es conocido como fursuit y su cultura tiene reglas y formas de usarlo.
Crossover: Debido a la diversidad de personajes que hay en la ficción, existen quienes se aventuran a mezclar conceptos de diferentes universos y unirlos en una idea de complejidad extrema, lo cual queda envuelto en la polémica debido a que trasgrede el concepto original del Cosplay. La imaginación es el límite de quienes realizan este tipo de versiones, es por ello, que en esta variante no sólo se juega con la personalidad del personaje, sino, que se la da vuelta imaginándolo con un estilo, gótico, punk, medieval, futurista, cyberpunk, etcétera.
Ejemplo de mecha cosplay.
Original Character: Quizás la variación más controversial para los puristas del género, esta forma de cosplay es aquella donde las personas toman a un personaje inventado por ellos mismos, de ahí su nombre, y lo traen a la vida con su caracterización. Debido a que no existen bases concretas para basarse en el vestir, la personalidad, o los detalles en el traje, esta forma termina siendo muy criticada, sin embargo, algunas personas deciden agregarlo como variante del cosplay por la complejidad necesaria en el uso de pelucas, temática y trasfondo.
Animegao: Una de las variaciones menos conocidas en occidente y proveniente de Japón. Su nombre se deriva de Cara de Anime, pues este estilo se enfoca más en que el rostro del cosplayer, así como la piel, sean idénticas al anime, y para ello, los cosplayers utilizan máscaras que tiene los ojos enormes y expresivos de los personajes, así como trajes delgados que empatan muy bien con la piel.
Estas variaciones del cosplay son sólo unas de las más populares por el mundo. Las diferentes formas de practicarlo son amplias y parten de muchos géneros Al final, la imaginación del cosplayer es la que definirá qué hará para traer a su personaje favorito a la vida.
Debido a tantos estilos, es que el cosplay como hobby atrae a muchas personas. Además desarrolla habilidades artísticas y desencadena la creatividad de quien lo realiza. Con todo esto en mente, sólo queda responder. ¿quién puede usar el cosplay y qué se necesita?
Teniendo como bases fundamentales la historia y las diferentes maneras de realizarlo, varias personas que comienzan a meterse en este universo tendrán la idea errónea sobre atributos físicos o calidad manual en sus trajes.
Los puristas defienden que al menos, la persona debe parecerse al personaje que realizará en cuestión, esto incluido el género del mismo, o el tono de piel, otros alegarán que un físico en buen estado es el más aceptable para realizarlo, mientras que varios más dicen que los vestuarios deben ser realizados con santo y seña y que el hecho de comprar algún artículo quita el mérito al hobby.
La realidad impera en que no se necesita ningún físico y mucho menos ser el mejor diseñador de modas para crear los trajes, recordemos que esta actividad surgió como una celebración a los fanáticos, al amor sobre la cultura geek y para unir personas que tienen los mismos gustos.
Algunas personas llevan el hobby a ámbitos profesionales y son ellos quienes cuentan que iniciaron como fanáticos, y que poco a poco volvieron su fanatismo en trabajo, dándoles oportunidad de vivir del mismo, y es por eso que al preguntarles sobre algunos consejos sintetizamos los más usuales en una pequeña lista:
1.- Elige un personaje con el que te sientas identificado o sea tu favorito y estúdialo a fondo, esto hará que tu cosplay se sienta más real y a la vez te facilitará los otros pasos.
2.- Busca/compra las partes necesarias para tu cosplay. Ya sea que tú consigas las piezas o un propmaker las haga para tu persona.
3.- Realiza pruebas de vestuario y de maquillaje. Así notarás si falta un detalle que otra gente mirará a lo lejos.
Cosplay hecho por la lagunera Amy Kuy
4.- Haz tu mejor interpretación
5.- Diviértete
Quizá lo principal a recordar es que esta actividad es algo para uno mismo y convivir con los demás, por lo que recomendamos hacer oídos sordos de las críticas que surjan, o incluso las miradas extrañas de gente ajena al mundo geek.
Al final, la satisfacción que uno puede sentir al ir a una convención y que una persona pida una foto con su cosplay es algo que pocos pueden entender hasta que lo viven.
Como se mencionó párrafos atrás, cada día el cosplay se ha masificado y nuestro país no es la excepción, pero como todo, ha sido un largo proceso de aceptación y de personas que trajeron esta actividad al ojo público.
COSPLAY EN MÉXICO
Tras atravesar fronteras y darse a conocer en distintas partes del mundo, nuestro país no fue la excepción, pues al igual que la difusión de la animación japonesa, el cosplay poco a poco comenzó a tomar notoriedad en México.
La emisión de diversas series de anime en la televisión abierta mexicana (como Dragon Ball, Sailor Moon, Pokémon, entre otras), fue un parteaguas importante para que la cultura ‘otaku’ tomara relevancia entre la sociedad, debido a que poco a poco se descubrió que había un mercado dispuesto a consumir y pagar por este contenido, dando nacimiento a espacios en los que los fans pudieran reunirse para convivir y compartir sus gustos: las convenciones.
Todo comenzó a través de pequeños eventos que se celebraban principalmente en grandes urbes como Ciudad de México, naciendo las ahora famosas TNT, La Mole y ConQue en los años 90, tiempo en el que de a poco el cosplay fue aterrizando en tierras mexicanas.
Luego de popularizarse en países como Estados Unidos y Japón, dándose a conocer por medio de revistas especializadas en anime y sitios web, el cosplay comenzó a llamar la atención de los mexicanos que no tardaron en despertar su curiosidad por caracterizarse como sus personajes favoritos.
Con materiales sencillos, los más valientes dejaron a un lado el qué dirán y comenzaron a tratar de disfrazarse como los personajes de Dragon Ball, Sailor Moon, Caballeros del Zodiaco, entre otros.
Por supuesto, en un principio esa práctica no fue precisamente bien vista entre el público e incluso entre los mismos asistentes de las convenciones, pues aquellos que se atrevían a incursionar en el cosplay eran vistos como “raritos”.
La primera convención de la Conque fue en 1994.
La llegada del Nuevo Milenio trajo consigo más historias animadas provenientes del país nipón, pues pese a la controversia y polémica generadas en torno al anime y el manga en México, en parte gracias a un reportaje de la periodista Lolita de la Vega (con el que satanizaba a esas series por su contenido), esto no impidió que los fanáticos continuaran consumiéndolas a través de canales de paga o en eventos, donde se solían comercializar con subtítulos hechos por y para fans.
CLUBS PARA FANS DEL ANIME
Igual que otras tribus urbanas, los fanáticos del anime y el manga pronto comenzaron a fundar clubes propios, apoyados por la escasa tecnología con la que se contaba en aquellos tiempos para difundirlos.
Pese a que aún rondaba la estigmatización social, poco a poco el fenómeno del cosplay comenzó a tomar más notoriedad en los eventos dedicados al anime, manga, cómics y juegos de rol, otorgándoles, incluso, un espacio propio en el que sus participantes pudieran exhibir sus vestimentas mediante representaciones artísticas.
De acuerdo a registros que han trascendido entre los mismos fanáticos y los eventos, el primer cosplay en México data del año 1994, cuando la ConQue convocó a un concurso de disfraces en el que asistió un hombre caracterizado como un integrante de la banda KISS.
MÉXICO TOMA NOTORIEDAD
Fue en el 2007 que a nuestro país llegó uno de los concursos más importantes a nivel mundial de este universo, el World Cosplay Summit (WCS), surgiendo las primeras concursantes que representaron a México en la competencia realizada en Japón.
Linaloe y Alejandra Rodríguez Rivera hicieron visible el nombre de México en el concurso al recibir un premio especial por sus cosplays de Eternal Sailor Moon y Chaos de la serie Sailor Moon.
Sin embargo, pese a continuar participando cada año diferentes equipos provenientes de nuestro país, fue hasta el año 2015 que Shema Arroyo y Juan Carlos Tolento pusieron en alto el nombre de México al llevarse el primer lugar de la competencia World Cosplay Summit con sus trajes inspirados en el videojuego The Legend of Zelda: Majora’s Mask, sorprendiendo a espectadores y a los mismos participantes con su presentación.
En 2017 el equipo Dorilooko, conformado por Alfredo Al Squall y Dorita, se quedó con el segundo lugar en el concurso gracias a sus cosplays de Trigun. En 2018, México volvió a coronarse con el primer lugar cuando Banana Cospboys (Luis y Lalo) hicieron vibrar al público con su performance de Street Fighter, caracterizados como Chun Li y Dhalsim.
NACEN CONCURSOS A NIVEL NACIONAL
Ante la demanda de concursos dedicados a esta subcultura que empezó a verse en diferentes eventos de México, en los cuales el nivel y la calidad de los participantes comenzaba a notarse considerablemente, los organizadores de convenciones optaron por hacer competencias dedicadas especialmente a este arte donde los premios y el reconocimiento resultaban mucho más atractivos, además de convertirse en un reto con mayores dificultades.
Shema Arroyo y Juan Carlos Tolento con su cosplay ganador en la World Cosplay Summit 2015.
Fue así que surgieron eventos como Copa Cosplay Pacífico (CCP), que se celebra en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, fundada por Carlos Reyes y Ramón Magaña (Mago Rey) en el 2009, reuniendo cada año a diferentes generaciones de cosplayers de todo el país mediante una competencia que se desarrolla en dos días.
En el caso de la Copa Cosplay Pacífico, el objetivo de Mago Rey siempre ha sido promover el Cosplay como un “hobby sano” en el que sus participantes puedan convivir, conocer y aprender mediante las actividades de la competencia.
Oaxaca también vio nacer su propio concurso de Cosplay con Imagina A.C, evento que igual que CCP, reúne a talentosos cosplayers de toda la república en una sana competencia que tiene como objetivo la convivencia entre los concursantes.
COSPLAY EN LA LAGUNA
Por supuesto, nuestra región no podía quedar exenta del fenómeno del cosplay, pues a finales de los años 90, La Laguna vio nacer a sus primeras convenciones: la NARF, Expocollector y La Carnage, mismas que se convirtieron en un importante parteaguas local, pues además de continuar promoviendo la cultura de la animación japonesa y el manga, se encargaron de incentivar a aquellos que comenzaban a adentrarse en el mundo del cosplay.
Fue a partir del 2007 que los concursos de cosplay en La Laguna tomaron mayor relevancia al ofrecerse premios en efectivo, lo cual resultaba bastante atractivo para los participantes.
Pero no todo quedaba en dinero, y años más tarde los cosplayers de la región comenzaron a dar a conocer su trabajo a nivel nacional, gracias en gran parte al poder de las redes sociales.
La llegada de la convención Cross Fest a la región, dio pie a que Coahuila comenzara a figurar dentro de la competencia Copa Cosplay Pacífico, enviando a su primer representante en el 2014, Saúl Flores, mejor conocido como EvA 017 dentro del mundo del cosplay, quien se posicionó en el décimo lugar de los más de 30 participantes de aquel año.
Más tarde otros cosplayers hicieron resonar el nombre de La Laguna en competencias nacionales como Pinku Cosplay, Amy Kuy, Alkimista Aurum, Kirby y Freya, Quetzal FM Cosplay y Potato Team Cosplay.
En el año 2017, el evento Mini Con, realizado en Torreón, trajo por primera vez la sede del World Cosplay Summit, llevando a Pinku Cosplay como representante para la gran final que se desarrolló en el 2018 en México.
Por su parte, el evento Kyoto Con contó en el 2017 con la competencia internacional Yamato Cosplay Cup, enviando a su ganador a Brasil.
Pinku Cosplay.
PANDEMIA Y EL PODER DE LAS REDES SOCIALES
Al igual que muchas actividades, el cosplay y sus actividades también se vieron interrumpidas por la pandemia, pues casi todos los eventos del país tuvieron que ser suspendidos por la contingencia sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2. Sin embargo, el poder de las redes sociales se convirtió en un gran aliado para los cosplayers.
Mediante concursos en línea donde podían exhibir su trabajo con fotos o incluso videos de performance, el cosplay continuó con vida entre los fanáticos de este hobby.
Una red social que contribuyó mucho a que se promoviera, incluso entre personas ajenas al anime y el manga, fue TikTok, pues resultó bastante amigable y divertida para los usuarios. Se convirtió en el escape al entretenimiento de muchos durante la pandemia.
LO POSITIVO Y LO NEGATIVO
Hasta el momento hemos hablado de toda la historia del cosplay y cómo llegó a nuestro país y a la región lagunera, pero como todo fenómeno, éste tuvo un gran impacto entre los fans, mismo que trajo tanto aspectos positivos como negativos.
Si bien el principal objetivo del cosplay es caracterizarse como algún personaje de la ficción mediante un disfraz, sea por diversión o por querer demostrar ciertas habilidades en las artes plásticas, también existe un lado negativo, el cual muchos atribuyen a la ambición por el reconocimiento y la fama.
Igual que en otros ámbitos, el cosplay no se salva de estar rodeado de envidias y malas intenciones que vienen en algunas ocasiones por mismos miembros de la comunidad, que, tras verse bajo la presión de querer sobresalir ante los demás, especialmente en competencias, terminan cayendo en un ambiente que podría ser considerado como ‘tóxico’.
La elaboración o la inversión en un cosplay conlleva un alto grado de estrés, sobre todo cuando se trata de participar en concursos, debido a que en ocasiones los resultados de estos suelen ser desmotivantes para algunos.
Más allá de mejorar en el aspecto visual del cosplay, quien lo practica también tiene la responsabilidad de mantener una actitud positiva y perseverante ante los retos y las dificultades, ya que no siempre saldrán las cosas como deseamos y para mejorar, incluso en un aspecto personal, es casi necesario tomar las cosas de la mejor manera para no dejar de crecer, aprender y hacer lo que nos gusta.
¿EL COSPLAY ES PARA TODOS?
Por supuesto, el cosplay está hecho para todos, sin importar la edad, el género, el aspecto físico, ni nada. Todo se basa en la actitud y las ganas de la persona a no limitarse a expresarse. Es así es que lo mejor para los interesados en este universo, es prevalecer con una actitud positiva y sana para que pueda crecer y orientar a otros que busquen ser un esbozo de la ficción.
Copa Cosplay Pacífico.
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