Cangrejo de río
Ciencia

Cangrejo de río

Invasor imparable en el Nazas

El Nazas es uno de los ríos más importantes en el norte centro de México y es fuente de vida para la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango. Este sitio tiene paisajes únicos y algunas especies que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Este humedal, en diversos momentos, estuvo en el centro del debate público acerca de diferentes problemáticas que ponen en riesgo su integridad, tales como la sobreexplotación del recurso agua, actividades como ganadería y turismo no ordenados, eventos como incendios en sabinos centenarios y otros aspectos sociopolíticos. Sin embargo, existe un problema poco conocido pero que representa quizá una de las mayores amenazas para la biodiversidad acuática (peces y anfibios principalmente), actividades productivas locales y la estabilidad de todo el ecosistema ripario; se trata de la presencia del cangrejo de río, también conocido como cangrejo rojo o acocil, cuyo nombre científico es Procambarus clarkii.

Este cangrejo es originario del centro-sur de los Estados Unidos y el noreste de México, en donde se encuentra de manera natural en ríos, arroyos y otros cuerpos de agua, sin embargo ha sido introducido en muchas partes del mundo como Sudamérica, Europa, Asia y África. Regiones extensas de México no son la excepción a su presencia. Para el caso particular del río Nazas en el estado de Durango, se documentó oficialmente por primera vez la presencia de este cangrejo en el año 2008 (Hernández et al., 2008). Aunque se desconoce quién introdujo los primeros individuos en las aguas del Nazas y la fecha exacta, los principales motivos de las introducciones de la especie a lo largo del mundo están ligadas al comercio ornamental (acuariofilia principalmente) y por cultivos con fines alimenticios.

Actualmente el cangrejo de río está ampliamente distribuido en la parte baja del Nazas (por lo menos donde comienza la cortina de la presa Francisco Zarco hasta el Valle de León Guzmán), incluido el Parque Estatal Cañón de Fernández, el cual cuenta con la declaratoria como Área Natural Protegida y Humedal de Importancia Internacional (sitio RAMSAR). En cualquier caminata o recorrido por el lecho del río, es común encontrarse con estos animales o restos de ellos, los cuales abundan sobretodo en lugares con agua estancada y con abundante turbidez. En cada visita de trabajo para analizar la biodiversidad del lugar, cada vez es más abundante y en espacios que en visitas previas no estaba documentada su presencia.

¿Cómo llegó el cangrejo de río al Nazas?

Como ya se mencionó anteriormente se desconoce el momento exacto y el responsable de introducir a esta especie en el río Nazas, sin embargo, está documentado que en muchos otros casos a lo largo del mundo en donde también se encuentra este cangrejo de forma exótica, familias que tenían en sus casas a estos organismos de compañía en peceras o con fines ornamentales, una vez pasado el tiempo son llevados al río o presa más cercana para que el “pobre animalito sea libre” y pueda sobrevivir. Esto sucede cuando el niño de la casa se aburrió de cuidarlo, o cuando el encargado se cansa de alimentarlo o cambiar el agua a la pecera.

¿Cómo puede un animal aparentemente “inofensivo” causar problemas?

Si bien liberar un animal domesticado en un sitio natural pudiera parecer un acto de “buena fe”, lo cierto es que tiene repercusiones catastróficas en los ecosistemas: disminución de la biodiversidad, deterioro de la calidad del agua, afectaciones en actividades productivas como la pesca comercial y deportiva, turismo alternativo, acentuación de la pobreza y disminución de ingresos en familias locales, entre otros problemas.

El cangrejo de río es ampliamente adaptable a diferentes circunstancias del ambiente, por ejemplo, se puede alimentar prácticamente de todo lo que encuentre en los lugares donde se establece: restos de animales y plantas, huevos, larvas y juveniles de ranas y peces, caracoles, insectos acuáticos, vegetación acuática, carroña, entre otros recursos. Además, es tolerante a condiciones ambientales en el agua que para otras especies pudieran ser muy adversas, tales como baja oxigenación, turbidez y temperaturas elevadas.

Por si lo anterior fuera poco, en condiciones favorables los cangrejos de río pueden reproducirse varias veces al año y procrear cientos de crías listas para continuar el ciclo de vida. Aunque gran número de estas crías no sobreviven, las que logran las siguientes etapas de vida colonizan nuevos sitios del ecosistema. Estas características le han permitido a la especie tener altas tasas de crecimiento y dispersión en los nuevos ambientes invadidos.

En diferentes lugares alrededor del mundo se ha documentado el impacto negativo sobre las actividades económicas como la pesca y agricultura y sobre la estabilidad de los ecosistemas donde se ha introducido esta especie. Por una parte, al alimentarse prácticamente de cualquier recurso que encuentra, compite con especies nativas acuáticas muy sensibles disminuyendo sus poblaciones o incluso extirpándolas de los ecosistemas. Además impacta en la calidad del agua de ríos y presas al realizar excavaciones en bordes o fondos de los mismos, incrementando las partículas del suelo en el agua y aumentando su turbidez. En diferentes países como China y España se han reportado pérdidas económicas millonarias en cultivos y sistemas de conducción de agua causadas por este invertebrado. Otras pérdidas económicas se asocian con la disminución o desaparición de especies de peces con importancia comercial, los cuales son desplazados por el cangrejo de río, el cual como ya se comentó, tiene ventajas ecológicas que le permiten ser una especie dominante. También el cangrejo es potencial transmisor de enfermedades en fauna nativa y hay evidencia de infecciones en humanos que han manipulado individuos de cangrejo.

Otras amenazas de igual o mayor magnitud se visualizan en el horizonte como lo es el peligro de que otras especies como el pez diablo (del cual hablaremos en otra ocasión), originario de Sudamérica, pudiera ser introducido intencionalmente o no al río Nazas o algún humedal cercano, lo cual agravaría la problemática ambiental, social y económica como ha ocurrido con su introducción en por lo menos 16 estados de México (incluidos estados vecinos como Coahuila y Sinaloa). En la presa el Infiernillo en los límites entre Michoacán y Guerrero por ejemplo, las redes de los pescadores capturan prácticamente sólo este pleco (pez diablo), quedando atrás los días de captura de tilapia, bagres y otras especies de gran valor comercial. Lo anterior ha ocasionado pérdidas económicas cercanas a los 13 millones de dólares en las comunidades aledañas, causando a su vez aumento de la pobreza, desempleo y migración de las familias antes dedicadas a la pesca.

Para el caso particular del cangrejo rojo en el río Nazas, la evaluación del impacto ambiental, socio-cultural y económico por su introducción es escasa, de hecho se podría decir que hay un desconocimiento y desinterés por autoridades responsables. Las primeras evaluaciones realizadas por la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED sugieren que está desplazando a especies de peces nativas que han estado coexistiendo desde hace millones de años en este oasis en el norte centro de México. Si bien en cualquier ecosistema del mundo las especies exóticas son un problema grave (segunda causa de pérdida de biodiversidad según la CONABIO), en ríos y otros humedales en zonas desérticas, como lo es el Nazas, el problema se agrava debido a la fragilidad de estos ecosistemas. Actualmente se trabaja en conocer su alimentación, reproducción, avance de invasión y medidas de control.

Una vez que una especie exótica ha invadido un ecosistema, las medidas para su control o erradicación son diversas. En el caso de la invasión del cangrejo de río en el Nazas, la opción de erradicación es prácticamente imposible en el mediano plazo, dadas sus características biológicas antes descritas y las características del propio ecosistema, lo que permitirá en todo caso realizar medidas de control mediante capturas de individuos con diferentes medios. En México existe una Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras, esfuerzo coordinado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), con la finalidad de prevenir, controlar y erradicar especies exóticas invasoras en los diferentes ecosistemas del territorio nacional. La prevención, sin duda es la opción más viable, económica y ambientalmente hablando, sin embargo requiere conocimiento y voluntad política y administrativa, además de una permanente educación ambiental con la finalidad de concientizar a la sociedad y los políticos sobre los graves problemas de este fenómeno.

Esperemos que se sumen esfuerzos entre diferentes sectores de la sociedad para establecer programas concretos para contener el problema del avance del cangrejo rojo en el Nazas, y evitar propagarlo intencionalmente a la parte media y alta de la cuenca para que “sirva de alimento” a peces como la lobina negra, utilizada en la pesca deportiva, lo cual escalaría el problema observado en el Cañón de Fernández. Es importante precisar también, que la introducción deliberada de especies exóticas en áreas naturales puede representar responsabilidades administrativas y penales, dadas las magnitudes del impacto ambiental. Pensemos dos veces y evitemos liberar intencionalmente especies domesticadas o de ornato en ecosistemas regionales.

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