Bajar es lo peor
Literatura

Bajar es lo peor

Los bordes del abismo, excesos y terror adolescente

Empezó a salir el sol, y Facundo, que odiaba las madrugadas, bajó las persianas y rechinó los dientes. -Se viene, la puta que lo parió, siempre me arrepiento de haber tomado tanto. Bajar es lo peor. Narval aprobó: si había algo que los dos odiaban por igual era el amanecer, el rocío todavía flotando, los primeros ruidos, los putos pajaritos cantando, ese calor adormecedor del sol, los camiones que limpian la calle, los barrenderos”, se puede leer en Bajar es lo peor, una novela juvenil con un romanticismo gótico terrorífico, llena de destrucción, excesos y noches oscuras que nunca terminan.

Es la primera novela de la reconocida escritora Mariana Enríquez. Fue publicada por primera vez en Argentina en 1995 cuando la autora tenía 20 años de edad. Estuvo fuera de catálogo, pero recientemente llegó a México en su segunda edición a cargo de Anagrama.

Para la publicación, la autora comparte en el prólogo: “Ya borré de mi memoria a la mayoría de los personajes. Nunca volví a escribir de Narval, Facundo o Carolina y no quiero hacerlo, ni siquiera en una corrección. Además, me parece mal corregir los libros viejos: le pertenecen a su tiempo. Y le pertenecen al autor cuando era más joven, que es una persona diferente”.

Tal y como la propia Mariana Enríquez lo repite en múltiples entrevistas: la escritura de Bajar es lo peor fue gestada a partir de la necesidad de crear un espejo que reflejara el universo de su juventud en la Argentina de los años noventa, marcada por un período transicional a la democracia que puso fin a los golpes de estado y a la dictadura militar, pero a su vez enfrentada a nuevas dificultades económicas y sociales.

Este ambiente político-social que ahogaba el futuro de los jóvenes, fue la atmósfera en la que, a los 17 años, Enríquez reunió sus obsesiones adolescentes que siguen nutriendo su obra de cuentos, crónica y novela; la literatura fantástica, el terror, el sexo entre hombres, los vampiros y el rock.

PERSONAJES

La historia es protagonizada por Facundo, Narval y Carolina, tres chicos que comparten la vida nocturna en las calles mugrosas de Buenos Aires, con todos los peligros que ello supone; violencia, robos, sexo, prostitución y adicciones. Facundo, alto, delgado, de cabello negro y piel blancuzca, posee una belleza inquietante y a su vez una personalidad fría, cínica e indiferente a todo, es capaz de perturbar a todo el que esté cerca. Desde muy chico empezó a vagar de noche por las calles del centro de la ciudad, cambiando sexo por dinero con hombres y mujeres indistintamente, hasta que después de una golpiza, es defendido por Laurato, el único chico que parece provocarle algún tipo de sentimiento, o quizás sea sólo la pérdida que sufre lo que lo turba.

Laurato lo acerca al grupo de chicos de la Diabla, un dealer dueño de un boliche gay, que a cambio de una cuota de las ganancias que obtienen por prostituirse, les ofrece techo y protección a los jóvenes. En sus largos recorridos nocturnos por la prostitución, Facundo también conoce a Luis Armendáriz, un hombre de más de 40 años, casado y con hijos, quien de inmediato queda obsesionado por poseerlo y además de pagarle, decide rentar un departamento para sus encuentros sexuales. Pero Facundo no le guarda exclusividad a nadie y sigue teniendo sexo con todo aquel que se le antoja, aunque siempre manteniéndose distante a las posibilidades de afecto. En esa lista está incluida Carolina, una chica de 16 años, inestable emocionalmente, con padres que parecen ignorarla todo el tiempo al igual que a su hermano Martín, quien padece una adicción a los fármacos psiquiátricos. Carolina también abusa de la cocaína, que en la jerga nocturna de las calles de Buenos Aires se le conoce como “merca”. Al igual que casi todos los personajes de la novela, ella está obsesionada con Facundo.

Aspira a su amor de maneara enfermiza, pero él no tiene otro interés en ella que no sea el de pasar algunas noches consumiendo drogas y alcohol juntos y teniendo sexo, aunque sus encuentros casi siempre terminan en desastres violentos contenidos por Martín. A Narval, Facundo lo conoce una noche en la que parece que todo el ácido se ha terminado en Buenos Aires. Narval termina en el boliche de la Diabla por consejo del Negro, su dealer habitual. Al ver a Facundo de inmediato queda cautivado con su belleza mística casi sobre natural; “siempre que Narval trataba de pensar cómo sería la persona más hermosa de la tierra, siempre que había tratado de pensar cómo se veía la auténtica belleza, si existiera, se la había imaginado así”.

Y aunque estaba seguro de que al encontrar a la persona más hermosa de la tierra sería una mujer, la impresión que le da la belleza de Facundo, es la de un Dios angelicalmente andrógino que lo atrae intensamente, a pesar de que nunca le había gustado un chico.

Ese magnetismo hacia con Facundo, le produce una sensación extraña de irrealidad a la que ya está acostumbrado por las alucinaciones frecuentes que sufre (o al menos así lo cree) cuando bebe y se droga, pero esta vez no ha consumido nada. Esa noche Facundo tiene sexo con Narval sin cobrarle y Narval piensa que nunca la había pasado tan bien.

Después de ese primer encuentro le siguen otros en los que no solamente comparten sus cuerpos, ahora hablan de sus miedos y obsesiones que siempre tienen que ver con pesadillas y seres fantasmales. Facundo anticipa y entiende los episodios en los que Narval alucina que es perseguido por seres que le muestran cosas horribles. Los dos parecen tener una especie de conexión mística.

Además de compartir el placer por los excesos, Facundo, Narval y Carolina también forman un triángulo amoroso donde predomina el deseo febril que quema a Carolina y a Narval por Facundo, y aun cuando Carolina pacta con él terminar sus encuentros sexuales y reclamos, ella busca liarse con Narval para permanecer de cualquier manera cerca de este Dios griego.

ENTRE LA REALIDAD Y FANTASMAL

Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo un abismo, este también puede mirar dentro de ti”. Friedrich Nietzsche. Es el estremecedor epígrafe con el que la autora inicia su novela.

Durante el consumo de estupefacientes, Narval cree que se aparecen otros seres monstruosos que lo persiguen y que solamente él puede verlos. Una mujer horrible, un hombre con las cuencas de los ojos vacías y otro más con el cuerpo siempre cubierto de arañas. Narval los refiere como “Ellos” y de alguna forma parece que Facundo sabe quiénes son y de dónde provienen estos seres. Eso crea una especie de suspenso entorno al personaje de Facundo quien, a su vez, sufre de pesadillas desde niño.

En su infancia, además del gran impacto que causaba su belleza a todo a quien lo contemplara, invocaba fantasmas para jugar con ellos y lidiar con sus sueños perturbadores. Recuerda como su madre se asustaba haciendo todo lo posible para que fuera un niño normal. Por eso, Facundo piensa y se lo dice a Narval que cuando se fue de su casa para vivir con la Diabla, su madre sintió un alivio al temor que desde hace 22 años su propio hijo le causaba y cita al poeta francés Baudelaire: “Si se trata de belleza de un hombre, el más perfecto ejemplo de belleza viril es Satán”.

¿Qué clase de ser es Facundo?, ¿Un vampiro, un fantasma o también es uno de “ellos”? Con forme la historia avanza, Facundo parece atemorizarse por las alucinaciones de Narval e intenta alejarse de él. Estas contradicciones le dan a la trama una tensión de suspenso terrorífico.

Cabe destacar que durante la narración no se ofrecen datos de los orígenes de Narval antes de vagar por las calles.

En una noche de tantas en las que se emborracha en el departamento de Facundo, le pregunta: “¿Alguna vez has sentido que no pertenecías?”

Sentir que no formas parte de algo. Hablo no solo de ser extraño para los demás, sino también de que los demás sean extraños para uno. Como si fueras de otra parte, como si no estuvieras en este mundo, cómo si fueras un espectador”.

¿Narval es un fantasma, un vampiro, una alucinación de todos los personajes y no existe? ¿O solo es otro tipo de fantasma como lo son los chicos que viven a en las calles de las grandes ciudades y que por formar parte del paisaje cotidiano no suelen atemorizar a las personas? El lector no podrá evitar formularse estas interrogantes tan inquietantes que lo llevarán a dar saltos constantemente entre la realidad y lo fantasmal.

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