Respirar con EPOC no es respirar
Salud

Respirar con EPOC no es respirar

La tercera causa de muerte en el mundo

Sin tanta publicidad como la pandemia o los males cardiovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, también conocida como EPOC, se ubica como la tercera causa de muerte en el mundo.

Consiste, básicamente, en la obstrucción del flujo de aire que llega a los pulmones.

Antes de la pandemia causó 3.2 millones de defunciones alrededor del orbe; ocho de cada diez fallecimientos se produjeron en países de ingresos bajos y medianos.

En un organismo sano, el aire viaja por la tráquea y llega a los órganos de la respiración a través de dos grandes tubos llamados bronquios, que suelen contener tubos más pequeños, los bronquilos.

Al final de los bronquilos se encuentran unos pequeños sacos de aire, los alvéolos, que tienen paredes muy delgadas y están llenas de vasos sanguíneos (capilares).

El oxígeno que inhala el ser humano pasa por dichos vasos en su camino hacia el torrente sanguíneo. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono, el desecho del proceso, termina exhalado.

Para que todo esto ocurra como debe, los pulmones dependen de la elasticidad de bronquios y sacos de aire, elementos que se encargan de sacar el aire del cuerpo.

La EPOC dificulta el proceso, hace que los pulmones pierdan su elasticidad y que se expandan demasiado. Parte del aire que debería salir permanece dentro del cuerpo.

PROGRESO NOCIVO

Su efecto dañino se da por acumulación, es decir, no suele quedar en evidencia hasta que el daño pulmonar ya es significativo.

Disnea, tos y expectoración son sus síntomas frecuentes, unos que van apareciendo de forma progresiva.

Suele aparecer por una exposición prolongada a gases y partículas nocivas. Su público objetivo son fumadores y personas que sufrieron eventos que afectaron el desarrollo pulmonar durante la infancia.

También son frecuentes víctimas del padecimiento individuos que se expusieron largamente a polvos, humos y productos químicos en sus centros de trabajo.

Para combatirla resulta indispensable el diagnóstico temprano.

Todos los tratamientos señalan la relevancia de dejar de fumar, esto pensando en evitar que los síntomas empeoren.

En la EPOC se involucran varios procesos que provocan el estrechamiento de las vías respiratorias, como la destrucción de partes de los pulmones o la obstrucción de vías respiratorias a causa de las secreciones e inflamación del epitelio de los conductos del aire.

NO CONFUNDIR

En ocasiones le llaman enfisema y bronquitis crónica, sin embargo, estas dos afecciones refuerzan a la EPOC. Suelen coincidir dentro de un individuo.

En el enfisema, los alvéolos al final de los tubos más pequeños (bronquilos) acaban destruidos a causa de la exposición al humo de cigarro y otros gases y partículas irritantes.

La bronquitos crónica se caracteriza por la inflamación del revestimiento de los bronquios que llevan aire hacia y desde los sacos de aire (alvéolos).

Se manifiesta como tos crónica con esputo debido a la inflamación de las vías respiratorias.

Cabe mencionar que la enfermedad obstructiva y el asma comparten síntomas como la tos, sibilancias y dificultad para respirar. Hay individuos que padecen ambas.

DIFICULTAD COTIDIANA

En las personas de mediana edad, la EPOC suele manifestarse como falta de aire, tos crónica (a menudo con esputo) y sensación de cansancio.

A medida que la enfermedad cobra gravedad, realizar las actividades habituales se complica.

Una pincelada basta para ilustrar la dificultad que conlleva: una frecuente falta de oxígeno.

Sus consecuencias económicas están más que demostradas, toda vez que limita la actividad productiva del enfermo y el coste del tratamiento médico suele ser una carga muy pesada para el hogar.

Además, la exacerbación pulmonar (los ataques agudos de la enfermedad) por lo general llevan a ingresar al paciente de urgencia en un hospital.

Conviene señalar que las exacerbaciones pueden ser letales.

Para empeorar el cuadro, las personas con EPOC tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, osteoporosis, trastornos osteomusculares y depresión.

FATAL Y GRADUAL

El tabaquismo es la principal causa de la enfermedad obstructiva, no sólo afecta a quien fuma, también a quien de forma pasiva inhala el humo del cigarro.

Otro detonante frecuente es la exposición a gases y partículas nocivas que reclaman ciertos oficios (la minería, por ejemplo).

También contribuye a aumentar las filas de enfermos crónicos del pulmón la contaminación del aire en interiores.

Esto sucede en sitios donde se utilizan biocombustibles como madera o estiércol, o bien carbón vegetal para cocinar o calentar el espacio.

Un desarrollo pulmonar incompleto es otro promotor de este mal crónico.

En esta categoría se inscriben eventos ocurridos en la vida fetal y en los primeros años de vida, como el retraso del crecimiento intrauterino o haber sufrido infecciones respiratorias frecuentes o graves durante la infancia.

SIN SOLUCIÓN

No existe cura para la EPOC. Por ello debe recalcarse que su diagnóstico temprano, y el correspondiente tratamiento, ayuda a frenar el progreso de los síntomas y reduce el riesgo de sufrir episodios agudos.

Debe sospecharse la presencia del mal obstructivo siempre que un individuo presente los síntomas característicos.

El diagnóstico se confirma mediante una espirometría, técnica para medir el funcionamiento de los pulmones.

La escasez de recursos suele ser un impedimento para efectuarse la prueba.

Como siempre, la mejor forma de combatir a la tercera causa de muerte en el mundo es curarse en salud.

Medidas para mejorar la condición general de una persona con EPOC y controlar el padecimiento son:

1) Dejar de fumar,

2) Ejercitarse con regularidad,

3) Vacunarse contra neumonía, gripe y COVID-19.

Con asesoría médica y disciplina personal la mayoría de los diagnosticados pueden lograr un buen control de los síntomas, reducir el riesgo de afecciones asociadas y mantener una calidad de vida adecuada.

Por ello, es imprescindible buscar atención médica inmediata cuando no se puede recuperar el aliento, cuando se experimenta una coloración azul intensa en los labios o en el lecho de las uñas (cianosis) o cuando se detecta un latido rápido. Esas son señas de que la enfermedad obstructiva anda rondando por ahí.

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