Aeropuertos
Arquitectura

Aeropuertos

La dimensión urbana del tráfico aéreo

Con los rápidos cambios tecnológicos y la infraestructura en constante crecimiento, las necesidades y los límites del urbanismo y la arquitectura se desvanecen paulatinamente, especialmente en el caso de los aeropuertos. La infraestructura aeroportuaria mundial hoy se considera una composición de múltiples aeropuertos que crecen en disciplinas similares a medida que intentan coincidir entre sí en los terrenos comunes de los avances tecnológicos.

La interconexión de las ciudades a nivel mundial jamás dejará de ser importante a medida que la tecnología es capaz de acortar las distancias geográficas y sociológicas. El requerimiento de una infraestructura competente para albergar todos los recursos tecnológicos y humanos es permanente. Si bien la conexión de un lugar con otro es resultado de la necesidad de conectar personas con intenciones diferentes, los planes de desarrollo arquitectónico suponen fusionar la tecnología y el espacio con las personas.

Los grandes aeropuertos y sus dependencias de alguna forma son como ciudades. Albergan la mayoría de las comodidades que se encuentran en una ciudad a una escala mucho menor. Las complejidades físicas asociadas con los aeropuertos también aumentan cada día más, y para facilitar estas necesidades, los aeropuertos se están alejando de las ciudades de verdad. Cuando todos los factores anteriores se unen, logran complejidades casi de escala urbana. Esto hace que varios aeropuertos estén más conectados entre sí de forma casi política. La red internacional de aeropuertos, a su vez, se puede considerar una macro ciudad que se ha comprime temporalmente.

CAPITAL INVISIBLE

J. G. Ballard, escritor británico de ciencia ficción y amante de la construcción de utopías mencionó sus sospechas acerca del futuro de los aeropuertos y su actividad. Es la verdadera ciudad del siglo XXI. Los grandes aeropuertos son ya los suburbios de una capital mundial invisible e intangible, una metrópolis virtual cuyas ciudades fronterizas se llaman Heathrow, Kennedy, Charles De Gaulle, Nagoya. Una ciudad centrípeta cuya población rodea para siempre su centro ficticio y nunca necesitará acceder a su oscuro corazón.

Aunque la red entre aeropuertos, corredores aéreos y aeronaves envuelve y se enrolla alrededor y por encima del paisaje urbano, nunca se infiltra en la ciudad. Puede parecer que los aviones trasladan personas y objetos de un lugar a otro, pero considerando la naturaleza verdadera del transporte aéreo, hay más factores en consideración. La experiencia de viajar en avión consiste en un procedimiento de tres vías, primero, la conexión de dos puntos entre ciudades. Después de dejar una ubicación física en una ciudad, un individuo ingresa a la infraestructura global del aire, que parece ser un espacio diseñado para el tiempo acelerado. Se mueve y gira alrededor del mundo y, a menudo, se conecta y desconecta en diferentes terminales. Finalmente, si todo sale bien, pone al individuo en un espacio físico donde la infraestructura es muy similar a la del punto de origen.

Si se interpreta este modelo en los métodos convencionales de análisis de la organización espacial de la arquitectura, es poco probable que pueda relacionarse con otras formas construidas u otras partes de una ciudad habitable. La infraestructura de aviación global en sí misma es una ciudad con ubicación geográfica múltiple que comprende todas las comodidades de la ciudad física. Se mueve en paralelo a las ciudades genuinas pero con un ritmo diferente. Este cambio se puede observar más rápidamente que cualquier otra forma construida de una ciudad normal, pero al mismo tiempo cambia con la actualidad de las diversas ubicaciones geográficas y jerarquía de los aeropuertos.

En medio de esta imagen de capital invisible, un aeropuerto por sí solo es únicamente un vecindario, pero este vecindario no es menos que una ciudad autónoma. Múltiples aeropuertos crean una condición urbana completamente nueva, independientemente de su ubicación, varias terminales en este circuito conectado tienen las mismas características, como luces intermitentes y paredes transparentes interminables con puertas de embarque. Una ciudad donde cualquier lugar del mundo está a sólo una siesta de distancia. Estas terminales no son más que el punto de terminación de una ciudad física y un punto de partida hacia las grandes avenidas del cielo.

FUNCIONALIDAD CONTRA BELLEZA

Aunque las terminales aeroportuarias se construyen como una resolución de complejos desafíos arquitectónicos. Es complicado apreciar sus edificios por su función. No importa cuán interesante y fascinante pueda ser un aeropuerto, a diferencia de otros sitios de interés, nunca puede recibir el honor de ser el destino de ninguno de sus usuarios. El aeropuerto como forma construida en sí mismo es más como un umbral y por eso el funcionamiento primario y la facilidad de su uso se vuelven más esenciales que el carácter arquitectónico del espacio. Es más importante que las terminales tengan una relación intrincada con diferentes preocupaciones de ingeniería, gestión y seguridad que una expresión arquitectónica seductora, que puede ser más bien opcional.

Esto plantea una pregunta crítica para la arquitectura aeroportuaria. Es difícil decir si los aeropuertos deben representar las necesidades físicas de la región mediante el diseño de edificios concentrados en las condiciones climáticas o las preferencias culturales o si es más sostenible que los aeropuertos sigan la tipología global de las terminales para permitir la coherencia y facilidad de navegación a los usuarios.

La arquitectura de la aviación es vulnerable a los cambios, ya sean avances tecnológicos o crecientes preocupaciones de seguridad. Un cambio más pequeño en el diseño espacial jerárquico es lo suficientemente grande como para provocar una gran interrupción en sus funciones, lo que a menudo hace que muchos aeropuertos vean peligrar sus certificaciones de calidad.

 

Puede parecer que el desempeño y la eficiencia de los aeropuertos se basan en múltiples factores fuera del alcance de la arquitectura, que tienen la capacidad de afectar los requisitos de infraestructura, sin embargo, es importante que la arquitectura sea responsable de estos factores también. Para que las terminales aeroportuarias sean eficientes y sostenibles con el cambio de tiempo y requisitos, es importante que las instalaciones del edificio se adapten al cambio y no únicamente requieran nuevas adiciones, como en muchos casos de intervención del poder público por meros intereses políticos sucede.

Como todo en el urbanismo (y en la monstruosa industria del transporte de pasajeros), los elementos que protagonizan el escenario arquitectónico deben ser altamente funcionales y siempre merecen ser bellos. Aún tratándose de una ciudad invisible, los pasajeros, habitantes temporales de la gran capital mundial aeroportuaria, sabrán reconocer el trabajo de un buen arquitecto al pararse bajo el umbral macro al que tienen que llegar en su tránsito por el mundo, en el engranaje de la interconectividad.

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