El ballroom, o salón de baile en español, es un espacio paralelo común entre la comunidad LGBTIQ+, que no atiende a los convencionalismos y la hetero-normalidad. Es más bien un lugar etéreo con pistas de bailes, escenarios con spotlight y lleno de actuaciones con aires catárticos.
En estos eventos suelen estar presente el baile, el modelaje y las pantomimas musicales como el lip sync.
La cultura del ballroom es una contracorriente que, al igual que muchas de sus predecesoras y sucesoras, dio y sigue dando cobijo a individuos incomprendidos de su época y especie. Esta cultura representó en sus inicios una fuga de escape para minorías raciales incubadas en otra minoría, estas con preferencias sexuales diferentes a las reguladas y dictadas por la sociedad. En este lugar encontraron común una reconciliación con su identidad, la aceptación de su humanidad y una celebración del ser.
Antecedentes
A principios del siglo pasado en Estados Unidos, con un primer registro en 1920 y un auge a principios de 1960 que se fortalecería en los posteriores 70 y 80, el ballroom estallaría cómo fenómeno cultural. Sin embargo, su punto de partida se daría durante la segunda mitad del siglo XIX donde se celebraban las llamadas fiestas de máscaras, reuniones donde parejas del mismo sexo, tanto hombres como mujeres, blancos y afroamericanos, acomodados y pseudo-burgueses danzaban y bailaban entre caretas y disfraces.
El ballroom tiene sus inicios en el barrio de Harlem, Nueva York uno de los puntos de interés artísticos más importantes de Estados Unidos, que para el año 1920 se convertiría en uno de los más grandes núcleos residenciales con una numerosa población inmigrante y en su mayoría afroamericana.
Para sus inicios, estas fiestas estaban protagonizadas por diferentes grupos raciales que conformaban la comunidad LGBTIQ+. Su nivel de extravagancia era lo suficientemente alto para que la sociedad norteamericana se escandalizara a tal grado de que se iniciara una criminalización de la homosexualidad explicita y la socialización de manera libre entre ellos.
Actuaciones
El ballroom puede entenderse cómo un espacio que apela a la libertad creativa y de expresión sexual. En sus inicios planteaba una zona segura y de diversión para la comunidad, pero con el paso decidieron anexar un elemento característico y particular de dimensiones escénicas ante la inclusión de pasarelas. Este proscenio representó una oportunidad para que quienes participaban tuviesen la oportunidad de expresarse con deseo, tener momentos de atención, reconocimiento y autoafirmación.
Estas pasarelas sirvieron de escenario para performance y confrontaciones.
Algunas de sus categorías son: Butch Queen y Femme Queen, que miden la capacidad del participante para pasar por hombre heterosexual o mujer cisgénero; Runway, que juzga el estilo de caminar (pasarela); o Sex Siren, que califica la mejor capacidad de seducir a los jueces.
Así es como se calificaban habilidades para hacer voguing, pasarela, look general y según la categoría, calificar su capacidad de caracterización.
Voguing y el impacto cultural
Unas de las categorías más populares en el ballroom se encuentra el voguing, pero separarla de las demás tiene su razón. Inspirados en la revista Vogue, la también llamada “La biblia de la moda”, este movimiento inició como una imitación y exageración de las poses que los modelos mostraban en la revista. El juego implicaba sincronizar poses y movimientos a un ritmo musical y convertirlo en una experiencia estética. En un inicio tomó el nombre de posing (posando) al cual le dieron la identidad de voguing en honor al catalogo de moda.
Esta expresión se caracterizaba por tener movimientos dramáticos y muy exagerados, elementos comunes de la danza contemporánea, con ello se intenta crear un personaje de parte quién actúa así como se narra una historia que se plantea una reflexión o sátira sobre los roles de género.
Existen tres tipos de estilo dentro del Voguing: Old Way, que prioriza la formación de líneas y figuras con mucha simetría inspirándose de jeroglíficos egipcios, marchas militares y artes marciales; New Way, incorpora ángulos y figuras más complejas mostrando así flexibilidad, se inspira en la gimnasia, yoga y contorsionismo además de poses arriesgadas de moda; Vogue Fem, aquí los movimientos son dramáticos y fluidos para emular gracia y delicadeza tradicionalmente femeninas, tiene influencia del ballet y danza moderna.
El 20 de marzo de 1990, la estrella estadounidense Madonna estrenaría una de sus canciones más emblemáticas llamada Vogue, canción que la reina del pop realizaría después de haber quedado fascinada con la expresión de baile adoptándolo y en parte dando uso para crear visibilidad de la comunidad LGBTIQ+ a quién generó un aire de respaldo y representación gracias a ella.
Hogar y pertenencia
Baile, modelaje y mímicas musicales eran parte de los eventos entre los que gente de la comunidad se enfrentaba y defendía a sus “casas”.
Las “casas’’, así cómo en Harry Potter o parecido a fraternidades. Eran hogares que servían de refugio para gente de la comunidad. Estás se edificaron para cobijar y socorrer a la comunidad rechazada encontrando así familias alternativas en las que lideraba un “papá’’ o una ‘’mamá’’, que se encargaba de sus “hijos’’, estos padres suelen ser personas mayores en la escena ballroom.
En cada “ball’’ se suelen hacer competencias entre miembros de cada casa y el ganador obtiene un trofeo, con ello gloria y reconocimiento para su respectiva casa.
Entre los nombres para estos lugares suelen usar nombres de casas de modas así cómo House of Balenciaga o House of Gucci, y no, no se refiere a la película de Ridley Scott. Además de que por lo general cada miembro, adherido a esta familiaridad, adopta el nombre de la casa cómo su apellido. La primera en ser fundada fue en 1972, por Lottie LaBeija y Crystal LaBeija, llamada The House Of LaBeija, creada como una familia que ayudaría a homosexuales y transexuales a desarrollarse social, personal y artísticamente.
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