Melanie Márquez Adams, un rostro distinto de la migración
Literatura

Melanie Márquez Adams, un rostro distinto de la migración

Querencia y sus crónicas construidas desde la no ficción

La autora ecuatoriana, radicada en Estados Unidos, Melanie Márquez Adams, se abraza a la no ficción para relatar su experiencia en Querencia. Crónicas de una latinoamericana en USA (Katakana Editores, 2022). Estos textos, suponen un camino que encontró en su historia como migrante, donde, tras residir en ciudades como Miami, trató de descifrar el entorno que de repente la rodeó en el sur del país norteamericano.

Mudarme al sur, al estado de Tenneesee, fue un shock cultural tremendo. Entonces, tantas cosas nuevas que vi, tantas cosas culturales. También sentirme totalmente esa otra, que a lo mejor no había sentido ser en las ciudades donde los latinoamericanos somos más bienvenidos o más parte del paisaje que en un lugar sureño”.

A través de 122 páginas, Melanie Márquez Adams plasma con intimidad su deseo de descifrar, de entender y comprender, tanto a su nuevo paraje de residencia como a ella misma. La autora no se considera periodista, pues su arribo a la escritura ocurrió estrictamente desde el andén literario. Por tal motivo, en Querencia, empleó herramientas como escritora de ficción para la construcción de las crónicas contenidas sobre el papel de sus páginas.

Las mismas técnicas que había utilizado para escribir mis cuentos, las utilicé para contar mi historia de inmigración. Entonces, por eso, en Querencia hay mucho juego. De repente introduzco personajes como de leyendas urbanas, ciertos libros como Las Crónicas de Narnia, de donde tomo ciertas cosas para contar una historia de mi vida, una historia real, pero jugando un poco, acercándome a través de la ficción a esa no ficción”.

Historia de una migración

Aunque había residido como estudiante en Miami, Melanie no se había sentido realmente una inmigrante hasta su llegada a Tenneesee. A pesar de todo, fue en ese estado donde decidió quedarse y formar una familia. Ella lo tiene claro, su arribo a Estados Unidos tuvo acentos en ciertos privilegios, que quizá la separaron de las realidades vividas por inmigrantes adentrados de maneras más austeras en el sueño americano.

En un estado como Tenneesee, donde, primero, para ellos todos somos mexicanos. Si hablas español significa que eres mexicano. Entonces, ellos nos ven como una masa, a veces sin rostro. De verdad hay un sentimiento de: ‘Soy inmigrante. No importa cuál haya sido el privilegio, cuál haya sido la circunstancia en la que haya llegado, de repente puedo sentirme por primera vez como ese migrante, con esa historia que eso implica: de ser diferente, de tener un acento, de tener un color de piel diferente’. Son muchas de las cosas que intento comprender y explorar en mi libro Querencia”.

Tenneesee es uno de los 52 estados pertenecientes a la Unión Americana. Ubicado en el sureste de Estados Unidos, su territorio contempla una extensión de 109 mil 247 kilómetros cuadrados. Dentro de sus límites terrenales, convergen seis millones 916 mil 897 personas. Su capital es Nashville, aunque su ciudad más poblada es Memphis (un millón 252 mil 213 habitantes). Ese territorio ha visto nacer a astros de la literatura estadounidense como Mark Twain.

Ahora hay ciertos libros de escritores sureños que se prohíben, que se están censurando porque tienen palabras que son problemáticas respecto a la historia de la esclavitud, a la historia de los afroamericanos en Estados Unidos. Siento que de repente, justamente, al estar aquí, estoy siendo parte de esos debates, de esas situaciones controversiales, pero siento que también al sur se le ha culpado mucho por cosas que pasan en todo en el país”.

Si bien el imaginario de la narrativa migrante suele arrojar escenas de latinos montados en vagones de ferrocarril, cruzando grandes extensiones de desierto, escondidos en las cajas de tráilers o camiones de carga, e incluso, en el caso de algunos cubanos, arribando a las costas de Estados Unidos a través de botes. También se registran historias de aquellos latinos que entran al país de las barras y las estrellas por vías menos dolorosas, tal es el caso de Márquez Adams.

A veces, la historia típica inmigrante que se cuenta a través del inglés, contada por autores que escriben en ese idioma, de ascendencia latina que pueden vivir en Texas, California o diferentes estados, casi siempre es una historia que tiene que ver con la frontera, con el dolor de no poder hablar español, a veces con el dolor que vivieron sus familias. De repente dije: ‘¿Tengo el derecho de contar una historia de migración si yo no compartí esas experiencias tan dolorosas como otros?’. Pero me di cuenta de que la historia de inmigración acá es tan variada, tan rica que siento que mi voz también contribuye a eso, a contar las diferentes historias de los latinoamericanos que hemos hecho nuestra vida acá”.

La autora posee una maestría en Escritura Creativa por parte de la Universidad de Iowa y ha publicado obra tanto en inglés como en español, misma que habita en varias antologías y publicaciones. Fundó la editorial Anfibias Literarias, la cual fue premiada en 2018 por los International Latino Book Award, gracias a la publicación Del sur al norte: Narrativa y poesía de autores andinos. Este bagaje demuestra que Melanie conoce muy bien el oficio, por ende tiene los pies firmes sobre lo que declara y escribe. Su tenacidad se acentúa en varios textos de Querencia; por ejemplo, el que plasma una anécdota donde la escritora acudió a un retiro literario y alguien le cuestionó si ella era dreamer.

En el momento en que ven a alguien y le adjudican que es latina o hispana, para ellos todos tenemos la misma historia de migración. En ese momento, fue de las primeras veces que me di cuenta de que para ellos no hay diferencia: ‘Aquí estoy compartiendo igual que ellos, viniendo a escribir, a tomar talleres, pagando lo que había que pagar para estar en esos talleres. Pero para ellos soy una inmigrante más, que está ahí como de favor, porque claro, habían anunciado que había dos personas, dos dreamers, que les habían dado beca’. Entonces, al momento de ver a una latina, la persona dijo: ‘¡Ah! De seguro esta es la latina becada’, porque claro, todos los latinos ‘somos pobres’ y ‘estamos pidiendo prestado’ ese espacio, en este caso, el espacio de la escritura”.

Voz para escritores latinos

Los autores latinoamericanos que residen en Estados Unidos se perciben dentro de páginas donde se pretende borrar su pertenencia. No son estadounidenses y, de igual manera, las escenas literarias de sus países de origen suelen ignorarlos. La llave del flujo literario arroja oportunidades a cuentagotas para estos autores y, sin duda, es un tópico que no puede ignorarse en su escritura.

Es un tema un poco ingrato para los latinoamericanos que escribimos aquí, en español, en Estados Unidos. Nos sentimos en el limbo, como que estamos huérfanos. En Latinoamérica no nos consideran autores latinoamericanos, porque no vivimos allá. Y acá, en Estados Unidos, no somos parte del mainstream, porque no escribimos en inglés. Y luego está que, siempre, a los escritores que deciden traducir y publicar en traducción, son a los escritores que ya tienen una trayectoria en Latinoamérica. Entonces, por ningún lado somos relevantes para la industria editorial”.

Otro punto en Querencia, es que se muestra esta rebeldía de los autores latinos, quienes, antes las pocas oportunidades del sueño americano, deciden montar sus propios sellos editoriales y dar pie a un mercado que todavía se observa pequeño ante las grandes compañías. En su reciente libro, Melania Márquez Adams intenta dar respuesta a esta falta de oportunidades.

Muchos de los ensayos que escribí en Querencia fueron inspirados en distintos lugares de Estados Unidos. De repente hay una crónica de Coney Island en Nueva York, hay crónicas de Iowa, hay crónicas de Tenneesee. Se ven diferentes lugares, diferentes momentos y realidades de Estados Unidos, pero todas las filtro a través del español. De cierta manera, quiero validar que para escribir en o sobre Estados Unidos, no es necesario escribir en inglés. El español también debe ser reconocido como una de las lenguas literarias de este país”.

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