Una mirada al burnout
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Una mirada al burnout

Desmotivación, agotamiento mental y un contexto laboral que lo normaliza

El burnout (o síndrome del trabajador quemado), es un término incluido en la lista de la Décima Primera Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades, encargada de contabilizar e identificar los problemas de salud más urgentes de cada país.

La clasificación lo describe como el resultado de estrés crónico en el lugar de trabajo que no ha sido gestionado exitosamente y se ha categorizado como un fenómeno ocupacional, sin llegar a ser un padecimiento médico.

El síndrome se visualiza en tres dimensiones: sensación extrema de agotamiento; distanciamiento mental hacia el trabajo o sentimientos negativos o irónicos hacia el propio empleo y reducción de la eficacia profesional.

El burnout se refiere específicamente a los fenómenos del contexto ocupacional y no debe ser aplicado a describir experiencias en otras áreas de la vida.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está en el proceso de desarrollar guías basadas en evidencias para la búsqueda del bienestar en el área laboral. Sin embargo, en nuestro país, en el año 2018 se aborda en el Diario Oficial de la Federación, la Norma Oficial Mexicana 035 (NOM 035), en la que se detallan los riesgos psicosociales en el trabajo, su identificación, análisis y prevención. Esta norma resalta (y son auditadas) las medidas de prevención y acción de control de los factores de riesgo psicosocial de las empresas, así como la violencia laboral, promoviendo a su vez un entorno organizacional favorable.

¿Cómo saber si lo padeces?

Haciendo énfasis en que el burnout abarca exclusivamente el área laboral, si los siguientes pensamientos están presentes más de las veces que no lo están, podríamos estar padeciéndolo.

  • Todos los días son malos días.
  • Preocuparse por el trabajo o la vida personal parece ser como un completo desperdicio de energías.
  • Sentirse exhausto todo el tiempo.
  • Ocupar la mayor parte del día en tareas que resultan abrumadoras o aburridas.
  • Sentir que nada hace una diferencia en el trabajo o nadie lo aprecia.
  • Sentir que la mayor parte de las veces se ha fracasado.
  • No sentir motivación en lo absoluto.
  • Sentirse indefenso, atrapado, solo en el mundo.
  • Adicionalmente, existen signos físicos a los cuales también debe brindarse atención:
  • Dolores de cabeza y / o musculares frecuentes.
  • Cambios en el sueño y el apetito.
  • Enfermedades frecuentes a causa de inmunidad deprimida.
  • Sensación de cansancio extremo la mayoría de las veces.

También me siento triste… ¿estoy deprimido?”

El diagnóstico de síndrome de burnout requiere de un diagnóstico diferencial que aborde los motivos del conflicto. Éste puede confundirse con el Trastorno de Ansiedad Generalizada o con un Trastorno Depresivo Persistente. Sin embargo, el poner especial atención a los siguientes comportamientos puede ayudarnos a tener una brújula acerca del origen del malestar:

- Evadir las responsabilidades.

- Aislarse de los demás.

- Procrastinar; tardar excesivamente en hacer las cosas.

- Utilizar la comida, las drogas o el alcohol para hacer frente a diferentes situaciones.

- Faltar al trabajo o salir temprano

Precisamente el incurrir en las conductas anteriores, es un gran indicativo de que estamos en una fase de afrontamiento de un conflicto independientemente de su origen. Sin olvidar que las personas de manera natural, hacemos uso de mecanismos de ajuste de forma inconsciente ante situaciones que se salen de nuestro control. Podemos ser conscientes de que estamos incurriendo en estos comportamientos y un caso que puede ilustrarlo es el siguiente:

José tiene alrededor de cinco años trabajando para la misma empresa. En ella, ha logrado desarrollar sus habilidades y recientemente obtuvo una promoción en su empleo. Ahora debe liderar un equipo en el que crea e implementa procesos; la exigencia es cada vez más alta, pero, aunque el trabajo en sí no le desagrada, ha empezado a presentar gripes recurrentes, dolores de cabeza que no se explica y su ritmo de sueño ha cambiado. Conductualmente, se ha percatado de que si bien no acostumbraba a beber, ahora siente que debe tomar una copa antes de lograr conciliar el sueño que sólo consigue mantener por unas horas, para luego despertarse más cansado. Ha dejado de reunirse con sus amigos y familiares a causa de la alta demanda de que su empleo y debe resolver situaciones fuera de horario. Adicionalmente, aunque menciona que su trabajo es satisfactorio y lo disfruta, ha buscado detalles ínfimos para evitar presentarse a laborar, lo cual le lleva a un círculo en el que no logra completar los pendientes que tiene para luego tener que resolverlos en fin de semana. Considera que es una situación pasajera y aunque ha acudido al médico, no presenta una afección clínica.

En el caso descrito y como mencionamos antes, el diagnóstico diferencial es crucial para determinar una línea de abordaje y por lo tanto de tratamiento; este diagnóstico, que implica relacionar causantes de los síntomas y signos que sufre un paciente, una vez que se ha realizado la anamnesis y las pruebas diagnósticas, debe ser realizado por un profesional de la salud mental. Es en esta parte donde se evalúan factores como el tiempo, el ambiente, los involucrados y, desde luego, se recomienda que se haga desde una perspectiva bio-psico-social, de manera que esta evaluación abarque todas las áreas de desenvolvimiento del consultante y el tratamiento redunde en una mejoría manifiesta a la brevedad posible.

Es por ello que no se puede realizar la misma línea de intervención hacia un presunto trastorno depresivo, ansioso o por síndrome de burnout, aunque en este último se puedan apreciar signos y síntomas depresivos o ansiosos. Sin importar la corriente que el profesional de la salud maneje en psicoterapia, el abordaje de los siguientes puntos es crucial:

- Reforzamiento de las redes de apoyo: Buscar la manera de reencontrarse con viejos amigos, realizar una plática cara a cara con una persona con la cual nos sintamos cómodos reduce de manera casi inmediata la carga emocional.

- Actividad física: La naturaleza de los empleos representa un elevado porcentaje en la disminución del movimiento físico. Lo importante no es convertirse en un atleta profesional, sino a estimular áreas en el cerebro que coadyuven a la generación de hormonas relacionadas con el bienestar. Realizar una actividad física por minutos consecutivos y dedicados a ello aumenta considerablemente la producción de serotonina, dopamina y noradrenalina.

- Perspectiva: Work smart, not hard. Las horas interminables de trabajo, la ausencia de recreación y el aislamiento son la combinación perfecta para desarrollar síndrome de burnout. Cambiar la perspectiva que se tiene hacia el trabajo, convirtiendo éste en un medio y no en un fin, es de suma aportación al tratamiento.

- Prioridades: Siendo la creatividad una de las mayores habilidades que son valoradas en el ambiente laboral, estimularla es imprescindible. Para ello, es importante realizar proyectos personales, encontrarse en un ambiente que permita el desarrollo de nuevas ideas (inclusive el dar lugar al aburrimiento), permitirá que se haga un recálculo de la importancia de las actividades que se realizan. Darle prioridad a lo importante en lugar de a lo urgente permitirá que estos tiempos sean efectivos y pueda darse seguimiento a actividades que realmente desean hacerse, en lugar de hacer las que “tienen” que hacerse.

A manera de conclusión, es importante considerar que ciertos rasgos de la personalidad pueden ser contribuyentes a desarrollar esta sintomatología, como la tendencia al perfeccionismo o a una visión catastrófica. También es importante observar que, mientras un episodio de estrés conlleva daños físicos, las emociones se manifiestan de manera explosiva y se puede ser consciente de un sinfín de pendientes.

En el caso de burnout el daño es emocional, las emociones parecen irreales y la sensación permanente es estar “fuera de lugar”. Toda esta información deberá ser manejada de forma sensible y, considerar que el trabajo no debe ser visto como una manera de renunciar a otros aspectos de la vida. Nunca es tarde para tomar decisiones y reconsiderar el rumbo profesional; tomar las acciones necesarias para trabajar estos síntomas (como la psicoterapia, la recreación, la consulta con un especialista) redundarán en que el trabajo será un área completamente integrada al día a día, con los líderes que tan necesarios son y con elementos brillantes en los equipos de trabajo. Cuidar de ello es crucial, pues no hay salud, sin salud mental.

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