Se trata de una patología psicológica, causa que los pacientes crean que no son inteligentes y creativos, los vuelves incapaces de validar sus logros y éxitos a pesar de que existan pruebas de las habilidades, capacidades y alto rendimiento que estos tienen. Consideran que todo lo que han logrado ha sido resultado de pura suerte o por coincidencias, en una tendencia a minimizar el éxito que se consigue.
Esto puede ocurrir en el ámbito personal o profesional, suele ocurrir a consecuencia de algún cambio que hayan pasado, en la mayoría de los casos es algo temporal, en los peores puede alargarse y empeorar con el paso del tiempo.
El término fue utilizado por primera vez en 1978 por la profesional en psicología Pauline Clance, tiempo después, en conjunto con la doctora Suzanne Imes, escribieron un ensayo sobre este trastorno luego de que un alumno se acercara a Clance y le externara su sentir.
El portal de la BBC menciona que el profesor de Psicología Diferencial de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Evaristo Fernández, considera que este problema se encuentra relacionado con el pesimismo defensivo, pues explica que estas dos problemáticas comparten algunas cosas: las dudas sobre las habilidades propias, el miedo por fracasar y la existencia de bajas expectativas acerca de los resultados que pueden conseguir.
Características
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No existe aceptación de los logros: siempre buscan justificar sus logros en algo más, por ejemplo, en casualidades. Cuando se trabaja en equipo, encuentran en los demás integrantes la razón del éxito a pesar que siempre existe un trabajo individual que contribuye al grupo.
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Superhéroe: se encuentran en un constante deseo de demostrar que son los mejores en lo que hacen y se sienten insuficientes cuando no logran alcanzar una meta, no son capaces de comprender que hay cosas en las que hay limitaciones.
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Continua comparación: si bien, el hecho de compararse con alguien más puede llegar a ser útil, hacerlo demasiadas veces provocará la aparición de ansiedad y baja autoestima.
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Sacrificios: prefieren trabajar más antes que ver por el bienestar personal.
Factores de riesgo
Existen diversas causas por las que este problema aparece, una característica que comparten todas las personas afectadas por el síndrome del impostor es la inseguridad, y esta puede ser desarrollada:
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Problemas familiares en la infancia: una de las situaciones más comunes a las que se enfrentan los niños es a la exigencia por parte de los padres de obtener excelentes calificaciones.
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Estereotipos: quienes se ven mayormente afectadas por esto son las mamás gracias a la presión social para que puedan compaginar su vida profesional con el rol de madres; también los profesionistas y personas con puestos de responsabilidades grandes tienen mayor probabilidad de desarrollarlo.
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Autoexigencia: ser tan exigentes con uno mismo puede ocasionar este síndrome, cuando hay altas expectativas sobre lo que se quiere hacer y no sale como se planeó, se generan niveles altos de ansiedad.
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Individualista: las personas no suelen pedir ayuda porque creen que hacerlo es sinónimo de debilidad.
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Genio natural: quienes logran obtener buenos resultados en el primer intento y de forma fluida, se sienten frustrados cuando esto no ocurre.
Consideraciones
De acuerdo con el estudio The impostor phonomenon desarrollado por Jaruwan Sakulku y James Alexander que fue publicado en International Journal of Behavorial Science, un 70 por ciento de las personas se ve afectada por el síndrome del impostor en algún momento de sus vidas.
El periódico ABC hace referencia a lo que Marta Calderero, maestra de Psicología y Ciencias de la Educación en la Universidad Abierta de Cataluña, dice que este problema se desarrolla en aquellas personas que tienen un alto rendimiento, como se ha dicho anteriormente, le atribuyen sus éxitos a factores externos, lo que los lleva a desarrollar problemas de inseguridad y miedo.
En el año 2020, los índices del desarrollo de este síndrome aumentaron gracias a la aparición de la pandemia y el confinamiento, sobre todo para aquellos que su trabajo les demanda hacerlo en equipo. Este incremento ocurrió ya que al estar tan lejos unos de los otros, se vuelve más complicado poder celebrar los logros de las personas, por esto mismo, es importante que las empresas creen estrategias para mostrar apoyo a sus empleados, de esta forma, los trabajadores seguirán sintiendo ese reconocimiento por parte de la organización.
Recomendaciones para la superación
El sitio web de Asana, la plataforma digital para la gestión de trabajo, explica nueve consejos para poder superar este síndrome:
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Dirigir la atención a los hechos: la sensación de no ser bueno en lo que se hace es solo miedo, sin embargo, eso no significa que sea la realidad. Es indispensable separar los hechos de los sentimientos. Es imposible que el cerebro cree historias, pero lo que sí se puede controlar es la atención a los hechos.
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Reconocer, validar y seguir: aunque la atención debe estar centrada en los hechos, no hay que restarle importancia a los sentimientos, lo importante es aceptar que estas sensaciones están presentes, validarlas y olvidarlas porque no son una realidad.
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Expresar sentimientos: compartir con alguien más estas emociones ayudará a aprender a reconocerlas (parte necesaria para la superación), además de que es probable que se encuentre a alguien más que haya pasado por lo mismo que sea de ayuda para avanzar en el proceso.
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Buscar evidencia: en ocasiones, el reconocimiento o expresar los sentimientos no son útiles para poder sobrellevar este problema, por lo que será necesario buscar los trabajos anteriores para comparar lo que se hizo con lo que se siente, si estos no coinciden, funcionarán para combatir estas emociones.
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Cambiar los pensamientos: la actitud que se tiene al hacer las cosas puede cambiar la realidad, tener una actitud negativa traerá malos resultados, es indispensable empezar a tener un control sobre esto para evitar desarrollar el síndrome.
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Encontrar un mentor: acercarse a personas que ayuden a aumentar y mejorar los conocimientos y habilidades propias, será de ayuda para cuando los pensamientos de inseguridad aparezcan, de este modo, habrá más confianza en uno mismo.
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Aprender del equipo: cuando se trata de un trabajo colaborativo, es común las comparaciones con los demás integrantes, sin embargo, en vez de hacer esto, es mejor prestar atención a lo que se puede aprender de ellos.
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Anticipar el síndrome del impostor: se recomienda que mientras se haga una actividad que sea probable que cause este síndrome, se hagan anotaciones de los logros que se cumplan mientras se esté realizando, de esta forma, al final habrá una lista de estos que serán útiles para evitar sentir fracaso.
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Celebrar los logros: reconocer cada vez que se tenga un logro por más pequeño que sea, esto aumentará la confianza y seguridad. También es útil hacer una lista con todas las habilidades y virtudes que se tiene, pueden ser referentes a cualquier ámbito, por ejemplo el profesional o personal; a esa lista se le pueden añadir todos los comentarios positivos que hayan recibido.
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