Desde rascacielos hasta museos, Jeanne Gang ha demostrado una dedicación para crear e implementar prácticas sostenibles y eficaces. Su estilo ensambla la biodiversidad ecológica con la equidad social. Esa proeza le valió el Premio Charlotte Perriand otorgado por los Createurs Design Awards, galardón que reconoce los trabajos de diseño, resaltando el compromiso de que los buenos trazos son sinónimo de mejorar la calidad de vida de los usuarios y por ende de su comunidad. Convirtiéndose así en la primera mujer en recibir la insignia. De igual manera fue reconocida con el ULI Prize for Visionaries in Urban Development. Su esfuerzo y reconocimiento le ha sido recompensado con grandes proyectos como lo es una sede en París de la Universidad de Chicago o la ampliación del Aeropuerto Internacional O’Hare de la misma ciudad.
La revista Time la incluyó en su lista de los 100 personajes más influyentes del mundo nombrándola una “catalizadora del cambio”. Para Gang el compromiso de diseño es estar en constante lucha con un mundo dominado por el materialismo que atenta contra la poética de la arquitectura la cual se encuentra constantemente amenazada por las fuerzas de instrumentalización y estetización.
Primeros pasos
Originaria de Belvidere, Illinois, es hija de una bibliotecaria y un ingeniero, de este último adquiriría un interés por su oficio, mezclando un latente deseo artístico relacionado a un modelo constructivo que daría tridimensionalidad a sus deseos de edificación. Sumándole que durante sus viajes familiares por el país encontraría una cierta fascinación en contemplar los paisajes norteamericanos y las obras arquitectónicas de grandes dimensiones, factor que influenciaría en el desarrollo de su estilo. Este hecho la llevaría a matricularse en arquitectura en la Universidad de Illinois para posteriormente ingresar a la Universidad de Harvard donde realizaría su maestría. Sería becaría internacional del Club Rotario y estudiaría en la Universidad Federal Suiza de Estudio Técnicos en Zúrich y posteriormente estudiaría en Francia para después trabajar en Róterdam, Holanda, para seguidamente instaurar su propio despacho llamado Studio Gang, en su natal Chicago, sin contar que su trabajo y desempeño le ha llevado a instaurar más cedes en San Francisco, Nueva York y París. La firma, que ostentaría cierto reconocimiento a nivel internacional, sería herramienta principal para aplicar sus propias aspiraciones de diseño, que innovadoras, mejorarían la relación de entorno no sólo entre individuos sino también comprometería a las ciudades mismas. También usaría su estudio como ensayo para desmantelar el statu quo a la hora de la praxis profesional, donde también cerraría la brecha salarial entre sus integrantes, respetando la labor sin coste de género.
“Acabé con la brecha salarial en mi estudio. No teníamos una gran diferencia, pero hallamos una y decidimos cerrarla. Solucionar esto es sencillo y todas las empresas deberían hacerlo, porque la forma definitiva de respeto es pagar a la gente el valor que aporta”.
Arquitectura y armonía del entorno social
La arquitectura suele estar relacionada al progreso, la cultura y evolución. A pesar de ello son contadas las veces que se construye tomando en cuenta las afectaciones que se pueden generar en el entorno. El impacto visual originado por las estructuras ya sea positivo o negativo, es generador de cuestionamientos y discusiones entre individuos. Pero ¿Cómo evitar algo ya hecho? Los edificios se vuelven colonizadores del entorno, sin tomar en cuenta espacio y comunidad. En su oficio de arquitecta, Gang se autodenomina una constructora de relaciones, guiada por el compromiso social de que como individuos nos desarrollamos según el entorno que habitamos. Por ello ha centralizado sus esfuerzos en crear espacios óptimos para las relaciones entre personas. Un ejemplo de ello sería cuando en 2014 fue responsable del Centro Arcus para el liderazgo en justicia social (Kalamazoo, Michigan), recinto de discusión sobre temas de derechos civiles en Estados Unidos. El centro destacaría por un notable aprovechamiento de luz natural para iluminar su interior, conformado por espacios y áreas sociales ergonómicos que alientan a la interacción entre sus integrantes. Este espacio se encuentra constituido por tres ejes: un barrio residencial, un campus y una arboleda de bosque nativo. Su implicación de justicia social se encuentra relacionada a los problemas de accesibilidad o de identificación entre los individuos y que plantea resolver. En su concepción define a las ciudades como personas, las cuales se encuentran edificadas entre diferentes tipos de intercambios humanos, ya sean sociales, culturales, económicos, etcétera. Presentando así un mayor interés en el desequilibrio, o más bien falta de equidad, entre los hábitats urbanos.
“Debemos pensar en las desigualdades. Parece que la arquitectura ha diseñado sólo para los ricos, pero tiene que pensar en todos, ampliar el espectro”.
Variantes como el cambio climático, junto a los problemas políticos y económicos, generan un impacto de tensión y estrés entre los ciudadanos, cuestión que, por ende, termina por perjudicar el entorno de las ciudades mismas. Por eso para Gang la relación arquitectura-ecología es fundamental para fomentar la no limitación de los individuos a espacios aislados, sino al hecho de hacerlos formar parte de su entorno. Por ello en 2009 edificó con su estudio una de sus obras más representativas, el Aqua Tower (Chicago, Illinois). Sus más de 250 metros de altura, no significan una simple torre edificada, sino que representa una estructura que se comunica con el espacio natural del que es provisto, sumado a una condición escultural que se asemeja a los afloramientos de piedra caliza comúnmente encontrados en los grandes lagos. Sin minimizar un espléndido trabajo de entorno al área libre que fomenta la relación entre residentes del mismo edifico, prolifera también la relación comunitaria no sólo entre las personas sino también con la ciudad misma. Durante una conferencia TED del 2017, Jeanne expuso el seguimiento que da dentro de sus proyectos donde calificó la efectividad de relaciones entre sus complejos diseñados, demostrando la efectividad de su ingenio y originalidad aplicada.
“Creo que existe un beneficio en tener una aproximación diversa en la construcción. A mí me interesa hacer los rascacielos sociales, acercar a la gente al exterior con balcones, crear comunicación”.
En 2018 levantarían la Torre Solstice on the Park (Chicago, Illinois): torre residencial de más de veinte pisos posicionada según los ángulos del sol sería de los primeros proyectos del Studio Gang que explorarían la idea de una escultura solar para un aprovechamiento ambiental. Jugando con las ganancias de luz y calor, esta residencia adquiere ventajas según las necesidades climáticas o de temporada estacional. Apelando de esa forma a aquel interés que siempre ha preservado por rescatar la convivencia por los entornos naturales que piensa habitar con sus estructuras. Como por ejemplo el rascacielos One Hundred ubicado en San Luis, Misuri. El edificio residencial presenta una original fachada escalonada que en su inclinación crea amplios y cómodos espacios al aire libre en cada planta acompañadas de terrazas y zonas verdes.
Otro ejemplo sería de los primeros proyectos importantes que tuvo su estudio cuando en el 2003, a petición del Rock Valley College, construirían el Bengt Sjostrom Starlight Theatre, un origami edilicio que serviría como espacio recreativo para la institución educativa. La edificación se conecta visualmente con su entorno y es accesible gracias a una serie conexa de senderos. Dentro de sí, cuenta con un espacio central de eje vertical hacia el cielo creando un observatorio natural a través de un techo cinético con apertura a necesidad. Siguiendo esta pauta de inspirarse en lo natural para sus diseños le llevaría a colaborar en el hotel ecológico Populus, ubicado en la ciudad de Denver, Colorado. Aquí la arquitecta uniría fuerzas con el Urban Villages Design, diseñando así el primer hotel con mayores bajas de emisiones de carbono en todo Estados Unidos. Esta más reciente intervención alberga 265 habitaciones, un restaurante y una azotea que tiene función de bosque carbonífero repleto de una vegetación endémica. Esta estructura esquinada se encuentra revestida por dos pieles. Por una parte, una capa externa de chapa metálica que abre huecos arqueados se encarga de aislar a las viviendas de los cambios drásticos de temperatura, mientras que en su interior un contramuro que, intervenido por un colchón térmico encargado de reducir la necesidad de instalaciones de clima, se encarga de contrastar su diseño con el exterior.
“Somos criaturas sociales y la arquitectura es una herramienta que puede ayudar a forjar relaciones”.
Su última gran hazaña es la edificación de la Vista Tower, proyecto aún en curso que le valdrá el título del “rascacielos más alto del mundo diseñado por una mujer” una estructura de hormigón armado y de silueta recortada en tres alturas diferentes de 46, 70 y 93 plantas respectivamente.
Actualmente Studio Gang se encuentra colaborando en un Campus Unificado para la Facultad de Artes de California, una embajada norteamericana en la capital de Brasil y en una ampliación del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Jeanne Gang se ha vuelto figura emblemática, no sólo en el espectro arquitectónico contemporáneo, sino que también ha conquistado un espacio de trabajo monopolizado por los hombres en las firmas o estudios. Sus esfuerzos además de resultar en una arquitectura dialogada, no imperativa y con vida propia, le han valido estar ante el ojo público, que no únicamente se encuentra a la espera de sus futuras obras, sino que busca verla reconocida como se debe y tenerla como mínimo entre las filas de una premiación Pritzker.
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