Pablo Gérvas y la poesía virtual
Ciencia

Pablo Gérvas y la poesía virtual

Sobre la generación computacional de versos

Los años ochenta enmarcaron a un joven universitario en Madrid. Estudiaba la ingeniería en Sistemas Computacionales. La misma currícula escolar lo instó a desarrollar un proyecto y entusiasta se empapó en lluvias de ideas. Pablo Gervás era entonces asiduo a leer poesía, se había pasado varios años contando sílabas para escribir versos y las reflexiones literarias y matemáticas consumaron la decisión: haría un programa informático capaz de ser poeta.

Ese fue el primer programa que escribí, que básicamente era un analizador de métrica formal para el castellano. Luego empecé a trabajar, hice el doctorado, estuve haciendo alguna investigación y ya, en un momento determinado, bastante avanzado en mi carrera, (porque en ningún momento se me ocurrió que pudiera tener un recorrido más formal, mas académico), con esta cuestión del publish on page, de que hay que escribir artículos, tenía esto por ahí, y empecé a escribir y a desarrollar versiones”.

Pablo Gérvas es profesor de tiempo completo en el Departamento de Ingeniería de Software e Inteligencia Artificial de la Facultad de Informática, de la Universidad Complutense de Madrid. Sus intereses se centran en el papel de la narrativa humana, con vistas a su aplicación entre la interacción de los individuos y las computadoras. Dice sentir gran admiración por la creatividad humana y, entre más la estudia y se esfuerza por entenderla, más trata de abordar modelos computacionales relacionados con las actividades en que está involucrada.

Su rostro aparece en la pantalla, traducido en imagen virtual, mientras la luz mañanera de Madrid entra por su cubículo. El académico habla la lengua algorítmica, pues es explorador de distintas técnicas de inteligencia artificial. Sobre su software de poesía, confiesa que al principio los resultados no tenían mucho sentido, por eso, con el paso de los años, se ha adentrado en problemas más profundos.

La gente no quiere una cosa que sea darle a un botón y que salga un poema. Para eso, con buscar entre los (programas) que hay te podría servir. La gente necesita algo que tú le des, una cierta información, y que el programa genere un poema que encaje con esa información, que la utilice o que parta de esa información. Resulta que todo eso es bastante más difícil; son capas de complejidad que se van añadiendo, que al principio no teníamos presente”.

Sus primeros experimentos fueron como si el programa intentara ejercer el oficio de poeta automático. Ahora no se atrevería a llamarlo así. Es consciente de la complejidad que implica ser poeta y, su sistema, a medida que se perfecciona, añade capas y capas para aproximarse a esa realidad. En un principio fue la métrica, el banco de palabras, ahora hay más variantes como el entorno geográfico y social.

A mediados del siglo XX, la principal preocupación en informática fue emular la conducta humana, en ella destacaba su elemento más sofisticado: el lenguaje. Si la poesía es el lenguaje llevado el extremo, para poder modelarla con algoritmos hay que conocerla a fondo, luego discriminar y elegir las características que puedan pasar al código de programación.

El proyecto de Gervás es comúnmente conocido como Wishful Automatic Spanish Poet (WASP). En sus inicios estuvo escrito en Prolog, un lenguaje de programación lógico empleado en los años ochenta para inteligencia artificial. Luego se pasó a Java y sus operaciones de aprendizaje profundo, que necesitan de módulos más complejos, tienen base en Python.

Actualmente, menciona que su sistema no tiene nombre. Alguna vez en Estados Unidos le señalaron que el vocablo WASP estaba relacionado con temas raciales. Por supuesto esa no era su intención. Recuerda que la versión más reciente que tuvo nombre se llamó Small Poem Automatic Rhymer (SPAR).

Sistema con obra publicada

En 2010, el poeta Dionisio Cañas editó el libro ¿Puede un computador escribir un poema de amor? Tecnorromanticismo y poesía electrónica (Devenir). Sus más de 260 páginas se nutren de ensayos donde el autor colabora con el psicológo Carlos González Tardón, y toma aportaciones de los investigadores Luis Antonio de Villena y el propio Pablo Gervás.

En el libro hay un capítulo, una antología de poemas generados por mis programas […] Se lo dije siempre a Dionisio, que estaba encantado de participar en su libro y que mis programas eran capaces de generar un poema, pero que no había ninguna garantía de que el poema fuera de amor, en ningún sentido. Los programas tienen un modelo de conocimiento de la rima, de la métrica, para intentar que el texto que resulte cumpla con condiciones a ese nivel, pero no tienen ningún modelo del amor”.

Los poemas de Gervás aparecen en el capítulo número siete. Abarcan una docena y son comentados tanto por Dionisio Cañas como por el informático. El programa que los creó es una evolución de la familia WASP, mismo que incluye generadores de contenidos formados en la lectura de Federico García Lorca, Miguel Hernández y una selección de poetas españoles pertenecientes al Siglo de Oro. A modo de experimentación, se emplea también un generador hecho a base de cartas de amor publicadas en Internet.

Un ejemplo de esos poemas escritos por WASP es el titulado “Poema 6”: “Yunques ahumados / sus muslos se me escapaban como / peces sorprendidos / la mitad llenos de alas / Con la sombra levanta / la arquitectura del humo / un pié de mármol afirma / su casto fulgor enjuto / Pon telegramas azules / que viene la benemérita”.

Otra publicación donde participa el sistema poético de Gervás es Creatividad computacional, libro editado por el doctor Rafael Pérez y Pérez, y publicado en México por la editorial Patria y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) campus Cuajimalpa.

Lo que hice fue recopilar un conjunto de textos que tuvieran relación con México. Estuve recopilando un montón de poemas de poetas mexicanos, pero además lo que hice fue descargar un montón de páginas de diarios digitales mexicanos, para hacer acopio de esa visión de la realidad cotidiana del mundo”.

Gervás indica que sucedió algo curioso, pues el resultado final tiene esa combinación de textos poéticos con textos periodísticos, a pesar de ser géneros con estructuras sintácticas distintas. Basado en la temática de la creatividad, en vez de intentar generar poemas con formas métricas tradicionales (romance, soneto, cuarteto), se empleó un módulo con soluciones más heurísticas, donde la estética ostenta principal importancia.

No hace falta que sea estrictamente en estos formatos, con este número de versos ni este número de sílabas por verso, ni estos esquemas de rima. Lo que es importante es esta idea fundamental de la estética, de la simetría y de los esquemas un poco repetidos. Entonces el sistema ese tenía unas reglas que le permitían identificar […] Aquellos poemas eran muy interesantes por eso, porque además de haberse generado, en cada poema estaba explorando una estructura métrica y poética distinta. No era aplicar una solución tradicional, sino encontrar una nueva. ”.

Futuro

El sistema de Pablo Gervás se encuentra en un punto donde el problema se ha descompuesto en unidades mucho más pequeñas. Ya no trabaja en un magno problema, sino en necesidades específicas. Estas pequeñas situaciones deben ser resueltas una por una, para finalmente dar resolución a todo el conjunto.

Sobre las críticas que ha recibido su programa, indica que los seres humanos emplean día a día frases mecanizadas y programadas según los estímulos del entorno. Esto no está muy lejano de un programa informático, el cual actúa según las instrucciones y los bancos de datos con los que esté nutrido. En este caso, el sistema de Gérvas ya ha aprendido a leer a los poetas, a hacer métrica, contar sílabas, versos, rimas, escribir en verso libre. La dirección de sus investigaciones no tiene otro rumbo más que dentro de sí mismo, como si se tratara de la evolución natural de un poeta.

Tenemos muchas veces esta visión de que la poesía es como un objeto que se ha construido y es un objeto para consumir, pero en realidad un poema es un ejercicio de comunicación. Es alguien que tiene algo que contar y lo cuenta para que otra persona lo lea y obtenga algo de ello. Cuando uno plantea programas de generación de poesía, eso tiende un poco a dejarse de lado, a olvidarse. Y nosotros empezamos a pensar en que, si eso se tiene en cuenta, cómo afectaría los procesos”.

Comentarios