La irrupción de las criptodivisas LUNA y Terra, dejó un agujero financiero cuyo diámetro alcanza los 40 mil millones de dólares (aproximadamente 794 mil 240 millones de pesos mexicanos). La burbuja estalló durante mayo pasado. Tras el percance, la Fiscalía de Corea del Sur emitió una orden de aprensión contra Do Kwon, el cofundador de estas monedas digitales, por presuntamente violar las normativas sobre capitales del país asiático.
Nacido el 1 de septiembre de 1991, Kwon Do-hyung, mejor conocido como Do Kwon, es un desarrollador surcoreano de criptomonedas. También es cofundador y director ejecutivo de la compañía Terraform Labs, cuya sede se ancla en Singapur. Esta empresa sin licencia es quien está detrás de la cadena de bloques Terra, donde convergían Terra y LUNA.
Do Kwon estudió la secundaria en Daewon Forgein Languaje High School y luego informática en la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos. Tras graduarse, trabajó como ingeniero en Apple y Microsoft (duró tres meses en cada empresa). Luego regresó a Corea del Sur, donde en septiembre de 2015 decidió montar su propia compañía.
Según testimonios de exempleados de Terra, Do Kwon ya había diseñado una criptomoneda que también fracasó: Basis Cash. Este proyecto se inspiró en Basis, un token basado en Ethereum (software de código abierto empleado para ejecutar contratos inteligentes). El Basis original fue creado por el desarrollador Nader Al-Naji y cerró tras preocupaciones sobre su estabilidad en la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.
Desde su origen, el proyecto de Terra tuvo como objetivo crear un framework blockchain (entorno de trabajo) para el despliegue de aplicaciones DeFi (finanzas descentralizadas) que usan stablecoins (criptomonedas asociadas al valor de una moneda real, como el dólar o el euro) nativas y el token (unidad de valor) LUNA.
Fue precisamente el empleo de stablecoins lo que generó confianza en los inversores de Terra, pues se supone que son menos volátiles que otras criptomonedas al no fluctuar tan drásticamente. No obstante, según analistas, el error fue que Terra no estaba asociada a una moneda real, sino que se sostenía sólo a través de una relación algorítmica con LUNA.
Cuestionamientos
Mayo de 2022 fue sinónimo de pesadilla para los usuarios de Terra. Tras alcanzar una cotización que coqueteaba con los 100 dólares, la inestabilidad esfumó el 99 por ciento del valor de la criptomoneda en el corto lapso de 72 horas. El caso es comparado con la quiebra de la compañía Lehman Brothers, que a la postre sería el origen de la crisis financiera de 2008.
Tan sólo en Corea del Sur, el colapso de Terra y LUNA afectó a más de 280 mil inversores. Según la Fiscalía de esa nación, justo en el momento de la caída financiera, Do Kwon desmanteló la unidad de Terraform Labs para abandonar suelo surcoreano y asentarse en Singapur.
¿Fracaso? ¿Fraude? La verdad es que Terra se quedó como el Titánic o el zeppelin Hodenburg, convertida en una promesa al margen de su tragedia. Sobre el caso, el comunicador Zack Guzmán asegura que el problema con Terra fue que la criptomoneda presumía ser una especie de Ferrari, sin realmente serlo. Es decir, su creador la sobrevendió.
El sistema de Do Kwon presentaba muchas debilidades, la principal de ellas es que no se respaldaba en una economía real. A esto se añade que Terraform Labs creó las plataformas Chai y Anchor Savings Protocol, para intentar sostener el valor de su criptomoneda y generar confianza en los clientes.
Anchor funcionaba como una especie de banco automatizado y ofrecía una tasa de interés del 20 por ciento sobre los depósitos en criptomonedas Terra. Hay que entender que ese interés es 400 veces más grande que lo ofrecido por los bancos tradicionales y el doble de la tasa con la que cuentan los bancos criptográficos.
Guzmán explica que, cuando la gran masa de inversores comenzaron a comprar estas criptomonedas, con el fin de ganar el jugoso interés, el ecosistema de Terra creció 100 veces más rápido que su competencia. De la noche a la mañana se convirtió en uno de los 10 principales proyectos de criptografía, con el 80 por ciento de las criptomonedas Terra vinculadas a Anchor. Pero era imposible que una tasa del 20 por ciento se sostuviera y la burbuja reventó.
“Claro, fue capaz de generar ingresos al ofrecer préstamos como lo haría un banco normal, pero no fue suficiente para compensar el interés que pagaba por los depósitos”, desglosó el comunicador.
En su programa, publicado en YouTube por el canal Conaige, Zack Guzmán voló a Singapur para encarar a a Do Kwon tres meses después de la caída. El surcoreano comentó que fue algo que no se esperaba y que no tenía palabras para explicar su sentir. “Apuesto en grande, pero creo que
perdí”, señaló Do Kwon.
Durante la entrevista admitió que se equivocó, que no hizo los cálculos necesarios para evitar su fracaso y que entendía la molestia de los inversores que confiaron en su volátil sistema. Sin embargo, ninguna de esas palabras va a traer de vuelta a los capitales invertidos y su poder se vuelve nulo ante la pérdida de patrimonio. El principal afectado de esta tragedia financiera no fue Do Kwon, sino aquel que creyó en su producto.
“Su objetivo principal, en mi mente, era tratar de construir el mejor mdinero descentralizado posible”, le indicó el desarrollador.
¿Do Kwon estaba demasiado confiado en su proyecto? ¿O mentía sobre la eventualidad de lo sucedido? A Zack Guzmán le parece cuestionable que un tipo tan inteligente, conocedor profundo de las criptomonedas y los riesgos a los que se exponen, nunca haya previsto el desastre.
Incluso, algunos usuarios de Internet han llegado a comparar a Do Kwon con Elizabeth Holmes, empresaria estadounidense que actualmente cursa una condena de 20 años de prisión, acusada efectuar fraudes mediante una plataforma de diagnóstico portátil que operaba su empresa Theranos, la cual se desenvolvía en el rubro de los servicios en tecnologías de la salud.
Al cierre de esta edición, medios aseguran que el desarrollador está siendo buscado por la Interpol y reportes recientes han revelado que ya no se encuentra en Singapur. El creador de Terra ha tenido actividad en redes sociales, donde ha emitido comunicados, pero sin hacer pública su ubicación.
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