Felicidad medida
Opinión

Felicidad medida

Jaque Mate

La pregunta más importante hoy y siempre es si uno es feliz. Todas las demás deberían ser secundarias. La prosperidad y la salud son, por supuesto, importantes para lograr la felicidad, pero no son los únicos factores. Indicadores tan sutiles como el respaldo familiar o social y el clima pueden tener un papel igualmente significativo en la felicidad de un individuo, una familia o toda una sociedad.

Durante mucho tiempo escuchamos que México tenía un nivel relativamente alto de felicidad, a pesar de la pobreza, la violencia y los problemas de salud, y se atribuía esta situación a la naturaleza gregaria de los mexicanos, a la fortaleza de la familia y a los cielos luminosos de nuestro país. Es más difícil ser feliz, nos decían, en un país como la Gran Bretaña, donde sólo ocasionalmente sale el sol.

Solo en los últimos años, sin embargo, se han realizado estudios serios por tratar de medir y comparar la felicidad a nivel internacional. Quizá el más importante ha sido el Índice Mundial de la Felicidad, elaborado anualmente por una iniciativa de las Naciones Unidas, Sustainable Development Solutions Network, y que utiliza datos del Gallup World Poll.

Este índice le da un peso muy importante al desarrollo económico y a los programas sociales. Por eso, durante varios años Finlandia ha ocupado el primer puesto. En los siguientes lugares en 2022 se ubicaron Dinamarca, Islandia, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo, Suecia, Noruega, Israel y Nueva Zelanda. El índice midió en 2022 a un total de 146 países y Afganistán se ubicó en el último lugar.

México alcanzó un lugar destacado en la primera edición, en 2013, cuando se ubicó en el 16o lugar del mundo y todavía mejoró su posición para lograr el 14o en 2014. Desde entonces, sin embargo, hemos registrado una caída constante. Del lugar 21 en 2016 pasamos al 23 en 2019, el 24 en 2020, el 26 en 2021 y el 46 en 2022.

Los factores que se usan para medir la felicidad en este índice son: el producto interno bruto per cápita, los programas sociales, la expectativa de vida sana, la libertad, la generosidad y la corrupción. Factores como la expectativa de vida sana se miden con los indicadores oficiales de salud, pero también se toman en cuenta evaluaciones de los individuos sobre sus propias vidas, según unas preguntas diseñadas por especialistas.

Es una gran sorpresa que México, este país de clima agradable y gente amable, haya tenido un desplome tan notable. Factores como el deterioro en el sistema de salud y la violencia han tenido un peso significativo, pero los problemas económicos de muchas familias han sido también importantes. De lo que no hay duda es de que algo está pasando. En 2022 México fue uno de los 10 países con mayores caídas en este índice de felicidad. Venezuela es la otra nación latinoamericana que se encuentra en este grupo que se desploma. Costa Rica es el país mejor ubicado de la región, con el lugar 23. Le sigue Uruguay, que se encuentra en el 30.

Uno podría descartar este estudio, como suele hacer el gobierno con cualquier investigación que señale que no vivimos en un paraíso terrenal, y decir que es producto de la aplicación de criterios neoliberales. No deja de ser significativo, sin embargo, que este deterioro en los resultados de México coincide con un aumento de la emigración de mexicanos a Estados Unidos. Si a principios del siglo XXI la migración neta de mexicanos a la Unión Americana se volvió negativa, hoy ha regresado con gran fuerza. Y si algo nos dice la experiencia es que la gente no arriesga la vida para escapar de un país feliz.

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