Una relación parasocial se refiere a una relación unilateral, en la cual el individuo dedica interés, tiempo y energía emocional a otra persona que desconoce por completo su existencia.
Gracias a Internet, las oportunidades de consumir contenido de celebridades y conectarse con ellos a través de sus publicaciones fortalece un vínculo afectivo con personas de alto perfil, además de permitir el acceso a sus buenos momentos y de sufrir con sus desaciertos.
Estas relaciones pueden desarrollarse con cualquier tipo de personaje famoso, o incluso ficticio, sólo que con las redes sociales como canal principal de comunicación en la actualidad, los personajes principales en estas interacciones suelen ser influencers o celebridades.
El termino de relación o interacción parasocial fue acuñado por primera vez por Donald Horton y Richard Wohl en 1956 durante su artículo académico Mass Communication and Para-Social Interaction, donde indican que este nuevo fenómeno surge cuando mensajes originados desde el paradigma de la emisión de los medios masivos tradicionales, son recibidos en el contexto de la recepción de la vida cotidiana de las audiencias. Actualmente este concepto clasico ha vuelto a llamar atención debido a las formas de comunicación que muchas personas han desarrollado en las redes sociales.
Horton y Wohl expresaron la idea de las relaciones parasociales de la siguiente manera: “Este tipo de relaciones pueden estar gobernadas por poco o ningún sentido de obligación, esfuerzo o responsabilidad por parte del espectador. El es libre de retirarse en cualquier momento. Si continúa involucrado, estas relaciones parasociales proporcionan un marco dentro del cual la fantasía puede agregar mucho. Pero estas son diferencias de grado, no de clase, de lo que puede llamarse orto-social. La diferencia crucial en la experiencia radica, obviamente, en la falta de reciprocidad efectiva, y esto la audiencia normalmente no puede ocultarse a sí misma.”
EL CAPITAL DE LO PARASOCIAL
Una de las bases de la industria del entrenamiento en la actualidad yace en las relaciones parasociales. Como se mencionó anteriormente, el actual auge en las redes sociales ha transformado la forma en la que una celebridad o figura pública puede interactuar y comunicarse con sus fanáticos y ha permitido a las empresas del entretenimiento capitalizar el amor de un fan hacia su ídolo.
Un ejemplo puede ser la industria del K-POP, donde las compañías de entretenimiento coreanas han establecido una estructura que forma una relación especial entre los ídolos y sus fans, sin que ninguna de las partes se conozca en la vida real. Conforme las empresas evolucionaron con el paso del tiempo, las mismas fueron cambiando y desarrollando la manera de promover a sus artistas, a través del uso de los nuevos medios de comunicación en su beneficio.
Algo interesante y que es un claro ejemplo de la fomentación de relaciones parasociales en la industria es que estas empresas han desarrollado aplicaciones basadas en suscripciones, que permiten a los artistas enviar ‘mensajes personalizados’ a sus fans, como si estuvieran intercambiando mensajes entre sí. Incluso cuando los fans están conscientes de que estas interacciones no son ‘reciprocas’, todavía se encuentran comprometidos con el contenido, lo que alimenta aún más la relación unilateral.
Al capitalizar la relación parasocial que las mismas empresas calculan y permiten, es cuando surge el problema. El vínculo que antes era utilizado para disfrutar se convierte en uno con dependencia emocional.
DEL ENTRETENIMIENTO A LO PATOLÓGICO
Hay tres niveles en una relación parasocial; la primera es entretenimiento-social, la segunda intenso-personal y finalmente la tercera, limite-patológico. En la primera etapa el entretenimiento y la distracción son normales, durante la segunda, se comienza a formar un vínculo más emocional pero que todavía no influye directamente con los estados de ánimo del individuo, para la tercera etapa el fan ha desarrollado una dependencia emocional hacia la celebridad, que puede llegar a provocar comportamientos incontrolables o que les impidan realizar sus actividades cotidianas.
Las interacciones parasociales pueden ser tanto inofensivas como perjudiciales. Tienen ventajas como el hecho de que pueden ayudar a una persona a sentirse menos sola y con autoestima, pero una de los puntos en contra es que pueden desvincular a la gente de sus vidas sociales y generar baches en la salud emocional.
Según Rebecca Forster en su libro The Oxford of Parasocial Relationships, cuando formamos un vínculo parasocial con alguien, sentimos que realmente lo conocemos. Sabemos lógicamente que no es así pero nuestro cerebro primitivo no se da cuenta de eso, por lo que el sentimiento es real. Así que es realmente difícil cundo hacen algo que no encaja con lo que sabemos sobre ellos”.
Es un impulso natural el que nos provoca formar vínculos estrechos con las personas, en la actualidad ese impulso no sabe diferenciar entre las relaciones reales y las que podemos emprender a través de una pantalla. El peso de saber diferenciar y balancear estas interacciones recae en nosotros, ya que no somos los únicos detrás siguiendo las historias de nuestra celebridad favorita y hay miles de individuos que al igual que nosotros pueden llegar a sentir esa cercanía unilateral que puede llegar a convertirse en una necesidad.
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