Aniversario luctuoso de Sor Juana
Nuestro mundo

Aniversario luctuoso de Sor Juana

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Entre la obra literaria que Sor Juana produjo para el teatro se cuentan las loas junto a las comedias, los autos sacramentales y los sainetes. La loa es un poema dramático breve donde se celebra alegóricamente a una persona o a un hecho. Nuestra dramaturga o comediógrafa escribió 18, cinco para autos y comedias y 13 no ligadas a otra obra.

Los temas que abordó van desde la conquista (religiosa) de México hasta la disputa teológica, el tiempo, el conocimiento, la música y más. Los objetos de sus loas incluyen repetidamente las jerarquías de la realeza y la religión y hasta la reina Mariana de Austria, “nuestra señora”, por ser madre del rey Carlos II de España cuando México era parte de España.

El espíritu juguetón (lúdico) de Sor Juana se combina con su erudición y su arte barroco (literatura) en esa loa donde la alegoría reúne como personajes a la Fama, a seres mitológicos y a la música. Al empezar la obra, Fama llama a elementos de la naturaleza para que le hagan honores a la reina, a quien nombra Deidad. Pronto Marte, Venus, Neptuno y Ceres acuden a la convocatoria de Fama. Cuando le preguntan para qué los llama la pluma barroca de Sor Juana comienza a jugar.

Como respuesta de Fama la poeta construye diez estrofas de tres versos heptasilábicos es-drú-ju-los y uno endecasilábico. Sirva de ejemplo la primera estrofa: Atended y no equívocos / estéis; y pues es áncora / a los discursos náufragos / mi voz sonora, os sacará a la playa. El inquieto espíritu creador de nuestra poeta buscaba nuevas sonoridades con nuevas articulaciones de los versos.

Las diez estrofas ofrecen algunas curiosidades, para nuestro tiempo: a México lo nombra América (porque así se le conocía antes de que los gringos se apropiaran el nombre); al efecto invernal lo llama hiemal (pensemos en hielo; para su poesía el sol es ardiente lámpara y torno esférico.

Avanza la loa cuando los personajes –Marte, Venus, Neptuno, Ceres– se describen a sí mismos y en seguida Fama y sus convocados, mediante la pluma de Sor Juana arman un juego de elogios a la reina en donde los sujetos de cada verso octosilábico reaparecen –igual que los predicados– como suma en un verso dodecasilábico. Va la primera estrofa como ejemplo: El calor a vos se abate / la llama se rinde activa / el fuego se humilla al veros / las luces postradas brillan. // Calor, llamas, fuego luces / se rinden, se abaten, se postran, se humillan.

De esa manera la genial y lúdica Sor Juana estructura un juego de cuatro estrofas. Pero el juego no termina con eso. En seguida, con los sujetos de los primeros versos de las estrofas pasadas ensambla cuartetas octosilábicas. Apunto de ejemplo la primera: calor, llamas, luces, fuego / silbos, ecos, plumas, auras / plantas, rosas, flores, frutas / ovas, perlas, coral, nácar.

Luego, el genial y lúdico barroquismo de Sor Juana compone las restantes tres estrofas con las mismas palabras. De ejemplo pongo la segunda: luces, fuego, calor, llamas / ecos, auras, silbos, plumas / coral, nácar, ovas, perlas / flores, plantas, rosas, frutas.

Estos apuntes sobre el barroquismo genial de Sor Juana, manifiesto en una de sus dieciocho loas, vienen al caso porque el 17 de abril es el aniversario de su muerte ocurrida en el Convento de San Jerónimo de la Ciudad de México en 1695.

A alguien le puede resultar insulsa y fútil la loa comentada de Sor Juana porque pensará que se pierde el tiempo armando artificios literarios semejantes, pero hay que aceptar que el ser humano tiene en sus características el ser lúdico, el necesitar del juego. Estos recreos del ingenio, cuando se sabe disfrutarlos, son tan entretenidos como cualquier deporte o cualquier modo de esparcimiento. Con obras como la comentada se tiene la ganancia de que ayudan a desarrollar el ingenio. Loor a Sor Juana.

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