Frank O'Hara habla de su poesía en Personism, A Manifesto, publicado por la revista Yugen, en 1961: "...ni siquiera me gustan el ritmo, la asonancia, todas esas cosas. Hay que seguir el impulso".
Tiene dos libros esenciales para los interesados en la poesía americana ligada al postmodernismo: Meditaciones durante una emergencia y Poemas de la hora de comer, publicados en 1958 y 1964, respectivamente.
Junto con el también poeta, el reconocido John Ashbery, formó parte de la primera generación de The New York School, donde la mayoría de miembros, sentían más afinidad con la artes plásticas que con la literatura, pero reconociendo su amor por el surrealismo francés de poetas como Guillaume Apollinaire y Pierre Reverdy.
En 1917, Apollinaire describe su trabajo utilizando una explicación poética de lo que él considera es el surrealismo: "Cuando el hombre quiso imitar el andar, creó la rueda, que no se parece en nada a una pierna. Así hizo surrealismo sin saberlo".
En artículo de la revista New Yorker, escrito por Dan Chiasson, en 2008, titulado Compañía fugaz: El mundo de Frank O'Hara, se habla sobre cómo O'Hara llegó a la poesía:
"Después de cuidar una novela fallida durante sus primeros meses de estudiar escritura creativa en la Universidad de Michigan, la desechó, escribió noventa poemas y dos obras de teatro, y ganó un premio".
Continúa con una declaración de O'Hara: "Si escribes noventa poemas en unos pocos meses, probablemente signifique algo diferente por la palabra "poema" de lo que la mayoría de la gente cree que debe ser la poesía".
Dan Chiasson, toma lo anterior y escribe sobre la actitud del autor con la poesía:
"O'Hara no se adentra en la introspección ni da muchos detalles. Sus poemas carecían del formalismo de la rima y la métrica, y mientras la mayoría de los poetas depositaban las palabras con cuentagotas, O'Hara las roció a través de una manguera contra incendios".
¿Rocíar palabras con una manguera contra incendios?
Para las nuevas generaciones Frank O'Hara es el poeta que los acerca a la poesía, debido a que tiene un poema que sin ningún miedo abraza la cultura pop:
"Tomar una coca-cola contigo/ es aún más entretenido que andar por San Sebastián, Irún, Hendaya, Biarritz, Bayona/ o sentir náuseas en la Travesera de Gracia de Barcelona en parte porque con tu polera naranja te pareces a un mejor y más feliz San Sebastián/ en parte por mi amor por ti, en parte por tu amor al yogurt/ en parte por los tulipanes naranjos fluorescentes alrededor de los abedules/ en parte por la complicidad que asumen nuestras sonrisas frente a la gente y las esculturas." (Extracto de Tomar una coca-cola contigo, escrito por Frank O'Hara. Traducción de Nicolás López-Pérez).
EL HOMBRE DETRÁS DEL POEMA
En el ensayo del poeta Mark Tursi, Interrogando la cultura: Hermenéutica crítica en la poesía de Frank O'Hara, tenemos enfoque de interpretación textual; en otras palabras, un análisis de cómo O'Hara aborda temas culturales en su poesía y cómo se pueden interpretar estos temas críticamente:
"O'Hara evita la abstracción de una manera similar a una "lente" deconstructiva a través de la cual el poeta observa e interpreta la experiencia, donde los eventos de su vida se convierten en la "acción" y el tema de los poemas, así como el "arte" de la poesía".
Extracto de Interrogando la cultura: Hermenéutica crítica en la poesía de Frank O'Hara, escrito por Mark Tursi: Frank O'Hara es un poeta cuyo trabajo es muy cercano a la vida diaria y a la experiencia humana común. Es por esta razón que su trabajo es atractivo para el público general, que puede sentirse más cercano al hombre detrás de la literatura.
"La poesía de O'Hara abraza el pluralismo y descentraliza la autoridad. Reconoce claramente el agotamiento del arte y las palabras, pero aún encuentra significado (aunque sea incierto e inestable) en el "signo vacío" o el material que conforma su poesía. (...) El reino de O'Hara es la cultura popular y su medio es el lenguaje que construye esa cultura. Al trabajar simultáneamente dentro y fuera de ella, produce una nueva poética que es consciente de sí misma como arte, pero al mismo tiempo rotundamente humana."
Extracto de Interrogando la cultura: Hermenéutica crítica en la poesía de Frank O'Hara, escrito por Mark Tursi: O'Hara fue capaz de capturar el espíritu de su época; entendió el cambio cultural que se estaba produciendo en Nueva York en la década de 1950, donde la cultura pop estaba tomando el primer puesto de relevancia en una sociedad que ahora pasaba el tiempo en las salas de cine y mirando los anuncios espectaculares en las calles, repletas de automóviles y un ruido sin descanso.
En su poema Ave Maria, lanza un grito en pro del cambio generacional, de una nueva cultura americana: "Madres de América / denles permiso a sus niños para que vayan al cine! / sáquenlos de la casa / de esta manera ellos no sabrán cuales son las intenciones de mamá / es verdad que el aire fresco reconforta el cuerpo / pero qué del alma que crece en la oscuridad, en la que se graban en relieve imágenes plateadas / y cuando llegues a la vejez que sin duda habrá de llegar / ellos no te odiarán / no te criticaron / ellos no sabrán / ellos estarán en algún país encantador que vieron por primera vez en la matinée de los sábados…"
UN FINAL TRÁGICO
Frank O'Hara falleció en 1966 a la edad de 40 años, a causa de un trágico accidente mientras caminaba por las calles de Manhattan. A pesar de ello, su influencia y legado en la poesía y el arte contemporáneo perduran hasta el día de hoy, como lo demuestra la recopilación de sus poemas en The Collected Poems of Frank O'Hara (1971), editado por Donald Allen, quien también editó Poemas de la hora de comer, en uno de sus poemas, Poema Personal, O'Hara dedica una línea poética donde muestra su aprecio hacia Allen.
La obra maestra póstuma de Frank O'Hara, The Collected Poems of Frank O'Hara, fue galardonada con el prestigioso premio National Book Award en 1972. Con más de 600 páginas, esta recopilación es un testimonio del trabajo incansable y la dedicación de O'Hara a su poesía, siempre fiel a su carácter neoyorquino.
John Ashbery escribió la introducción de The Collected Poems of Frank O'Hara donde cabe destacar lo siguiente:
"Las pesadillas, delicias y paradojas de vivir en esta ciudad ingresaron al estilo de Frank, igual que todas las amistades apasionadas que tenía al mismo tiempo (al punto de que era casi imposible verlo a solas: había tantas personas que reclamaban su atención y había tan poco tiempo y tantas otras cosas que hacer, como trabajar y, cuando teníamos un rato libre, escribir poesía)."
O'Hara escribió un poema con el título Para John Ashbery que comienza con una afirmación que, sin querer, se convirtió en una especie de despedida: "No puedo creer que no haya otro mundo donde nos sentaremos y leeremos nuevos poemas el uno al otro, en lo alto de una montaña, en medio del viento".
Frank O'Hara obedeció a todos sus impulsos.
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