Enfermedad cardíaca es el nombre bajo el cual se agrupan diversas afecciones que perjudican al motor de la vida.
Hablamos de males que afectan a los vasos sanguíneos, arritmias, defectos cardíacos congénitos (de nacimiento) y padecimientos del músculo cardíaco. Los síntomas dependen del tipo de problema que está avisando de su presencia. Todos implican riesgos que no deben subestimarse.
Ser diagnosticado con un padecimiento de las arterias coronarias significa que hay una situación a corregir con los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardíaco.
Su causa más común es la acumulación de colesterol en las arterias del corazón, por eso recibe el nombre de ateroesclerosis. El flujo sanguíneo que llega al órgano de los latidos y a otras partes del cuerpo se reduce, lo que acarrea funestas consecuencias.
Ofrece un trato distinto dependiendo del sexo del paciente. En los varones es más común el dolor en el pecho, mientras que en las féminas, a las molestias en el pecho se añaden la sensación de falta de aire, náuseas y una fatiga extrema.
Dolor en el cuello, en la mandíbula y en la garganta, y en la parte superior del abdomen o en la espalda son otros signos de su presencia.
Además, brazos y piernas duelen, se entumecen, se sienten fríos y débiles, esto porque los vasos sanguíneos ubicados en esas zonas se estrechan.
Cabe mencionar que, por lo general, la persona es diagnosticada con esta enfermedad cardíaca hasta después de sufrir un episodio de angina de pecho, una insuficiencia cardíaca, un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco.
Cualquiera de esos efectos indeseables amerita estar atento y recurrir al médico de confianza al menor signo de que algo anda mal con el corazón. A veces, los males arteriales pueden detectarse de forma temprana, lo que mejora el pronóstico del tratamiento, siempre que las personas se practiquen exámenes médicos de forma regular.
ARRITMIAS Y DEFECTOS
Si el motor del cuerpo late demasiado rápido, o con demasiada lentitud, o simplemente anda de un modo irregular, entramos en terrenos de las arritmias.
Estos ritmos irregulares del latir provocan que al paciente le duela el pecho o sienta alguna molestia en esa área del cuerpo; también pueden causar taquicardia, desmayos o mareos, y que el afectado se sienta aturdido o que le falte el aire.
Los defectos cardíacos congénitos graves son detectados, casi siempre, poco después del nacimiento.
Es importante realizarse chequeos, pues muchas enfermedades cardiacas pasan desapercibidas en sus primeras etapas y avanzan hasta provocar síntomas más graves. Imagen: Freepik
Se caracterizan por provocar en sus víctimas un tono azulado o grisáceo en la piel o en los labios, así como hinchazón en las piernas, en la zona del vientre o en las áreas alrededor de los ojos.
En los bebés puede registrarse una falta de aire cuando son amamantados, una consecuencia de ello es que el niño no gana peso como debiera.
Hay otros defectos cardíacos de origen que son menos graves y que pasan desapercibidos hasta la infancia; en ocasiones, no se hacen notar hasta la edad adulta.
Las manifestaciones de estos males que no ponen en riesgo la vida de inmediato incluyen dificultad para respirar al poco tiempo de empezar a realizar alguna actividad física, hinchazón de manos, tobillos o pies y cansarse con suma facilidad.
MÚSCULO Y VÁLVULAS
Las afecciones del músculo cardíaco (miocardiopatía) bien pueden superar sus etapas tempranas sin llamar la atención.
Sin embargo, a medida que la afección empeora, comienzan los mareos, el aturdimiento, los desmayos, la fatiga, la dificultad para respirar cuando se practica actividad física y hasta cuando se descansa, también durante la noche (complica conciliar el sueño) o al despertar.
Por su influencia el ritmo cardíaco se torna irregular, muy rápido, con fuertes palpitaciones. Hay hinchazón de piernas, tobillos o pies.
Otras formas de enfermedad cardíaca tienen que ver con problemas en las válvulas del corazón. Este órgano tiene cuatro: la aórtica, la mitral, la pulmonar y la tricúspide.
Se abren y se cierran para que la sangre fluya por el órgano de los latidos. Las válvulas pueden estrecharse (estenosis), presentar fugas (regurgitación o insuficiencia) o cerrarse de forma incorrecta (prolapso).
También conocidos como valvulopatías cardíacas, los males de estas partes del motor vital incluyen dolor en el pecho, desmayos, latidos irregulares, falta de aire, fatiga y la inflamación de los extremos pedestres del organismo.
NO PASAR POR ALTO
A partir de lo anterior es sencillo concluir que debe buscarse atención médica cuando a una persona le duele el pecho. La detección temprana marca diferencia, gracias a ella se facilita lidiar con los males del corazón.
Cuidar la dieta ayuda a disminuir los riesgos de enfermedades cardiacas. Imagen: Freepik
Quien tiene alguna inquietud sobre su salud cardíaca hará bien en hablar con su proveedor de atención médica; esto para analizar maneras de reducir riesgos.
Solicitar atención médica es indispensable si a los signos de alerta sumamos antecedentes de estos males en el historial familiar.
Más allá de las características particulares de cada enfermedad cardíaca hay un conjunto de recomendaciones generales que contribuyen a mantener saludable el órgano que bombea la sangre.
No fumar. Adoptar una dieta baja en sal y grasas saturadas. Ejercitarse al menos durante media hora todos lo días. Controlar el peso, la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol. Reducir el estrés. Dormir bien. Un adulto debe entregarse al sueño reparador siete y nueve horas al día.
En 2021 fallecieron 177 mil personas en México por infarto al miocardio. Se trata, en general, de muertes prevenibles, toda vez que se pueden evitar, o controlar, los factores de riesgo, como el tabaquismo o la hipertensión.
De un millón 100 mil defunciones que hubo ese año, 220 mil fueron por enfermedades del corazón, según informes de la Secretaría de Salud.
Las enfermedades cardiovasculares más comunes en territorio mexicano son las de arterias coronarias y de arterias cerebrales, mejor conocidas como apoplejía, embolia o derrame cerebral.
Los males cardíacos son una excelente razón para evitar el sedentarismo o recurrir a la nutrición con enfoque clínico.
Por último, una buena noticia: tener un mal cardíaco no significa que uno está condenado; cuando la detección es temprana y se cumplen las instrucciones médicas, bien puede conseguirse que el diagnosticado lleve una vida plena.
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