Nuevos medicamentos para el Alzheimer
Ciencia

Nuevos medicamentos para el Alzheimer

Auxilios desde el avance de la ciencia

Los cambios cerebrales asociados con el Alzheimer incluyen la presencia de dos estructuras anormales: las placas de beta-amiloide y los ovillos neurofibrilares. Estos cambios dan como resultado la degeneración progresiva del tejido cerebral, que produce los efectos ya conocidos causados por la afección: pérdida de memoria, deterioro cognitivo, cambios en el comportamiento y estado de ánimo, la disminución de capacidades funcionales, la pérdida de independencia, etcétera.

Varios estudios han arrojado que es poco probable que algún fármaco u otra intervención pueda tratarla con éxito. Sin embargo, en los últimos años se ha logrado hacer un gran progreso en la comprensión y tratamiento de este padecimiento.

LECANEMAB

Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) otorgó la aprobación a un nuevo tratamiento para el Alzheimer llamado Lecanemab, mismo que ha demostrado ralentizar moderadamente el deterioro cognitivo y funcional en las etapas tempranas de la enfermedad.

En las pruebas, que se dividieron en tres fases, participaron aproximadamente mil 795 personas con el padecimiento sintomático en etapa temprana y el medicamento se administró mediante una infusión intravenosa cada dos semanas. Lecanemab redujo el deterioro clínico de los participantes en un 27 por ciento, después de los 18 meses de tratamiento, en comparación con aquellos que solamente habían recibido placebos. Las personas tratadas tuvieron una reducción significativa en la carga amiloide durante las pruebas de diagnóstico y por lo general alcanzaron niveles normales al final de las pruebas. Además, los participantes también mostraron una disminución del 26 por ciento en una medida secundaria clave de la función cognitiva.

El efecto secundario más común del tratamiento es una reacción relacionada con la infusión, que puede incluir síntomas transitorios, como sofocos, escalofríos, fiebre y dolores corporales. La mayoría (96 por ciento) de estas reacciones fueron leves a moderadas y el 75 por ciento ocurrió después de la primera dosis. Otro posible efecto secundario asociado con el tratamiento fueron las anomalías relacionadas con el amiloide con edema o con la formación de líquido en cerebro, aunque estas solo ocurrieron de forma asintomática en el 12.6 por ciento de los participantes durante las pruebas, en comparación al 1.7 por ciento en el grupo de placebo.

Imagen: Freepik

Es importante tener en cuenta que los estudios con Lecanemab muestran tasas sustancialmente más bajas de este tipo de efectos secundarios que otras pruebas publicadas de otros medicamentos similares, por lo que se cree que tiene un perfil de seguridad favorable.

Si bien es posible que este tratamiento pronto se ofrezca en los consultorios médicos, su precio aún es inasequible para quienes padecen la enfermedad y su acceso dependerá de la continuación de su aprobación y su desarrollo en el campo médico.

DONANEMAB

Donanemab es un tratamiento médico modificador del padecimiento, también conocido como un medicamento de inmunoterapia. Es decir, en lugar de solo aliviar los síntomas del Alzheimer, aborda una de sus causas fundamentales. Este tratamiento, al igual que el pasado, se administra a los pacientes vía intravenosa.

Los medicamentos de inmunoterapia ya se utilizan en la medicina para el tratamiento de diferentes enfermedades, como el cáncer. Estos le indican al sistema inmunitario del cuerpo que ataque las células o proteínas extrañas y las elimine para que no dañen más al cuerpo. En el caso de Donanemab, el tratamiento enseña a las células inmunitarias a reconocer y eliminar la proteína amiloide, que tiende a acumularse por el Alzheimer. Las personas que tomaron el tratamiento en sus pruebas clínicas tuvieron una reducción del 40 por ciento en la disminución de su capacidad para realizar actividades diarias.

Al igual que con el tratamiento pasado, se han asociado algunos efectos secundarios con este medicamento. Al igual que con otros fármacos para la eliminación de amiloides, el 24 por ciento de las personas que tomaron el tratamiento experimentaron algo de inflamación en ciertas partes del cerebro, aunque en forma asintomática o con síntomas leves que por lo general mejoraban por sí solos. Sin embargo, desafortunadamente, el 1.6 por ciento tuvo síntomas graves y hubo tres muertes durante las pruebas relacionadas con la inflamación cerebral.

Para ser elegible para el tratamiento, una persona debería encontrarse en las primeras etapas de la enfermedad y además haberle detectado, mediante tomografías, una acumulación de proteína amiloide en su cerebro, ya que las pruebas clínicas del medicamento se han probado en pacientes con este tipo de características. Los investigadores creen que este medicamento no podrá ser efectivo para quienes están en etapas más moderadas o graves de la enfermedad, porque el cerebro habrá presentado demasiado daño como para que el tratamiento funcione.

Ilustración médica en 3D de placas amiloides en una célula nerviosa. Imagen: Adobe Stock

Aún no se tiene una aprobación formal del medicamento para que este pueda comenzar a comercializarse, aunque se estima que podría ser en 2025 y diferentes instituciones de salud pública alrededor del mundo deberán considerar su rentabilidad, sus beneficios y sus efectos secundarios.

EN DESARROLLO

Tanto Lecanemab como Donanemab son inmunoterapias y aunque ambos medicamentos se dirigen a la proteína amiloide, lo hacen en diferentes etapas. El primero se dirige a la proteína cuando esta comienza a formar fibras, mientras que el segundo se une a la proteína una vez que estas fibras se han agrupado para convertirse en una acumulación o placa más grande en el cerebro. Esto puede ser en parte la razón por la que vemos una diferencia en la eficacia de ambos fármacos para ralentizar la enfermedad. Sin embargo, el beneficio a largo plazo de estos dos tratamientos para las personas que viven con el padecimiento se confirmará y aprobará con pruebas clínicas adicionales.

Otro medicamento que se puede recetar es la Memantina, que trata el padecimiento en etapas de moderadas a graves. Su objetivo principal es disminuir los síntomas, lo que podría permitir que algunas personas mantengan ciertas funciones cognitivas. Trabaja al bloquear los efectos tóxicos asociados con el exceso de glutamato y regula la activación de este, aunque tiene posibles efectos secundarios como mareos, dolores de cabeza, confusión, etcétera. Se administra por vía oral a través de una cápsula, tableta o líquido de liberación prolongada.

Algunos tratamientos en desarrollo pueden incluir una combinación de medicamentos, de forma similar a como los tratamientos para muchos tipos de cáncer o el VIH/SIDA incluyen más de un solo fármaco. La Memantina, medicamento que se mencionó anteriormente, es comúnmente recetada en combinación con otro tratamiento llamado Donepezilo, ya que ambos tratan los síntomas, pero además regulan los químicos cerebrales como la acetilcolina.

EL FUTURO DE LOS TRATAMIENTOS

La mayoría de los medicamentos aprobados por administraciones nacionales de fármacos funcionan mejor para las personas que se encuentran en las etapas tempranas o intermedias de la enfermedad y actualmente no se conocen tratamientos que funcionen en etapas más avanzadas o que la curen por completo.

Los tratamientos más efectivos hasta ahora solo funcionan en etapas tempranas o intermedias del Alzheimer. Imagen: Freepik

Las modalidades de alternativas emergentes, como las inmunoterapias, las terapias génicas y los sistemas de administración de fármacos dirigidos, ofrecen nuevas vías para combatir eficazmente la enfermedad y, potencialmente, detener su progresión. Incluso, la integración de tecnología y soluciones de salud digital también tienen un gran potencial para apoyar a los pacientes. Las aplicaciones móviles, los dispositivos portátiles y las plataformas de telemedicina permiten el monitoreo remoto, la recopilación de datos médicos en tiempo real y la prestación de atención personalizada, fomentando la independencia y mejorando la eficacia de los servicios médicos para la enfermedad.

Además, los enfoques de tratamiento personalizados que tienen en cuenta las variaciones individuales en factores genéticos, epigenéticos y de estilo de vida, están ganando terreno. Las intervenciones personalizadas que combinan tratamientos farmacológicos con modificaciones en el estilo de vida, el entrenamiento cognitivo, el ejercicio físico y los ajustes de dieta, son prometedoras para mejorar las funciones cerebrales y la calidad de vida general de las personas que viven con este padecimiento.

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