João Pedro Oliveira y las 70 semanas de Daniel
Arte

João Pedro Oliveira y las 70 semanas de Daniel

Una ópera audiovisual con acento bíblico

En el punto más álgido de la pandemia por covid-19, el compositor portugués João Pedro Oliveira (Lisboa, 1959) se preguntó si algún día el público y los artistas volverían a asistir a los teatros. Sectores del arte y la cultura se vieron afectados a nivel mundial. Había que recurrir a las partituras si se quería dar con una respuesta en ese momento tan crítico. Las ideas comenzaron a fluir y el músico acudió al texto bíblico de Daniel, específicamente al pasaje de las 70 semanas, para iniciar con un nuevo proyecto en el formato de la ópera audiovisual.

João Pedro Oliveira inició su andanza académica en el Instituto Gregoriano de Portugal, allí se enfocó a estudiar el órgano. Entre 1985 y 1990 se trasladó a Nueva York, donde completó dos maestrías y un postdoctorado matriculado en la Universidad Stony Brook. Entre sus más de 70 condecoraciones internacionales destacan el Premio Magisterio y el Premio Especial Giga-Hertz. El compositor gusta de emplear metáforas, especialmente las bíblicas, tal como lo ha hecho en anteriores trabajos como Neshamah (2016), pieza en la que colaboró por primera vez con la bailarina mexicana Rosario Romero.

“Eso hace parte de mi propia personalidad. Yo tengo un interés en la espiritualidad, especialmente en el judaísmo y en el cristianismo. Entonces, muchas de mis obras tienen relaciones con la Biblia, con temas espirituales. No tengo una explicación racional, sólo que hace parte de mi vida, de mi relación espiritual y mi relación con el universo”.

Oliveira aparece en videollamada un día antes de que su obra The 70th Week (2023) se estrene en Ciudad de México en la sede de El Colegio Nacional (cinco días antes se había proyectado en el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras de Morelia). Se trata de su propuesta operística ideada durante la pandemia, un híbrido entre música, imagen y danza inspirado en profecías que han sobrevivido al paso del tiempo gracias al soporte de la palabra.

Califica su relación con el libro de Daniel como “muy antigua” y adentra sus raíces en la tierra de su adolescencia. Fue el texto de las sagradas escrituras que más le impresionó. Lo cataloga de enigmático por su carácter onírico y profético. Indica que la variedad de interpretaciones a lo largo de los siglos también lo cautivó.

Para llevar a cabo el proyecto, el músico contó con el apoyo del Ministerio de Cultura de Portugal. La ópera se compone por elementos pregrabados (voces, instrumentos, videos de bailarines) y sonoridades provenientes del entorno computacional.

“En realidad fue un proyecto covid, porque lo empecé en 2021. En 2020, cuando empezó la pandemia, no sabíamos en realidad si alguna vez volveríamos a estar en una sala de conciertos, porque no sabíamos cómo sería el futuro. Entonces, hice una propuesta un tanto distinta: una ópera que no necesitara de una sala de concierto”.

Crédito: The 70th Week

La profecía de las 70 semanas es “bastante apocalíptica”, según la percepción del artista. Este carácter la hacía tener un discurso acorde a la problemática de la pandemia, pues el texto que habita en el capítulo noveno del libro de Daniel habla de final de los tiempos: guerra, sacrilegio y destrucción. A lo que precede un mundo transformado en espacio de paz y justicia.

Para su producción, contó de nueva cuenta con la colaboración de la bailarina Rosario Romero. En la lista se agrega el bailarín Francisco Ponce, las sopranos Beatriz Maia e Isabel Alcobia, el tenor Pedro Rodrígues, el barítono Tiago Matos, la voz alta de Rafaella Veiga y la dirección musical de António Lourenço. Todos los elementos fueron grabados a distancia y montados por João Pedro Oliveira en su estudio casero.

NARRATIVA

La pieza de João Pedro Oliveira inicia con una imagen oscura, en cuyo centro poco a poco se forma una figura humanoide. Más adelante, la silueta de una bailarina comienza a marcar presencia al tiempo que es entonada una voz soprana que acompaña a la animación. Así aparecen paneles con imágenes de conflictos bélicos como la Segunda Guerra Mundial y demás destrucciones causadas por el hombre. También es posible apreciar a Martin Luther King y guiños a los movimientos por los derechos raciales como el Black Lives Matter. Los materiales sonoros parten de fuentes distintas a los elementos que representan.

“Por ejemplo, para la escena de los compañeros de Daniel en el horno ardiente decidí tomar sonidos que en realidad no son sonidos de fuego, pero sí sonidos que se pueden entender como parte de una gran violencia, de una gran actividad que se puede relacionar con el fuego y con una situación tan dramática”.

Oliveira se refiere al tercer capítulo del libro de Daniel, donde se indica que el rey Nabucodonosor encarga hacer una estatua de oro para colocarla en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. Para la inauguración, exige la asistencia de sus súbditos y amenaza de muerte a todo aquel que no se postre a la adoración al momento de escuchar la trompeta, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y demás instrumentos. Los judíos Sidrac, Misac y Abed-Nego omiten la instrucción y son enviados por el rey al horno de fuego, para después ser rescatados por un ángel.

Otro ejemplo enmarca a Daniel en la cueva de los leones, una historia incluida en el capítulo sexto. El rey Darío decide nombrar a 120 gobernadores distribuidos por las regiones del reino. Estos, a su vez, deben rendir cuenta a tres ministros, entre los cuales se encuentra Daniel.

Crédito: The 70th Week

No obstante, las aptitudes del protagonista despiertan envidias en sus subordinados. Entonces se promulga un decreto que castiga a quien durante los próximos 30 días haga oración a otro dios que no fuera el propio monarca. Por supuesto, Daniel continuó sus rezos religiosos y por ende se le condena a la cueva de los leones, de cuyas fauces sale avante gracias a su fe.

“Hice una versión un poco apócrifa e inventé una danza, donde Daniel danza con las aguas en la fosa de los leones. Utilizo sonidos basados en agua, muy transformados, etcétera. Entonces, las decisiones de los materiales tuvieron que ver mucho con el ambiente que sería creado en cada escena y también con la relación de las partes vocales”.

Las secciones de canto poseen relaciones de eco y retroalimentación con el rubro electrónico, para dar una intención de mayor grado orquestal a la música. La ópera consta de 55 minutos de duración y siete escenas, cada una de ellas posee una pequeña referencia escrita del capítulo del libro de Daniel en que se basa.

“Pero los materiales entre las escenas se relacionan. Por ejemplo, el material de la primera se relaciona con la última, el de la segunda se relaciona con la quinta. Entonces hay relaciones de materiales entre ellas”.

COREOGRAFÍA

Por su parte, la bailarina Rosario Romero se conectó desde su domicilio en Morelia. Sobre la obra de Oliveira, comentó que para The 70th Week, primero se gestó la parte coreográfica, la exploración de movimiento, sin que ella escuchara la música. Fue casi como trabajar a ciegas. “La propuesta, como es una ópera, más narrativa, no era tan gestual. Su exploración radicaba más en el carácter del personaje, de la escena, de la secuencia que iba planteando”.

Romero grababa sus coreografías y enviaba sus videos al compositor, quien las montó y las adaptó según las necesidades de la música.

“Se trabajaba primero la parte visual. Él iba componiendo la música de manera paralela o a veces a posteriori. Entonces mi propuesta salía antes que la música y trabajaba antes de escucharla. En ese sentido trabajaba como con atmósferas. João Pedro me presentaba atmósferas, de qué iba a tratar la escena, en qué secuencia y lo que yo hacía era un desarrollo de personaje. Ya con base en el desarrollo del personaje, proponía una exploración de movimiento”.

En la actualidad, la ópera puede contemplarse de manera gratuita en el canal de YouTube de El Colegio Nacional. El próximo paso del compositor será trasladar la obra para su presentación con actores en vivo. 

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