Origen y futuro del “súper peso”
Finanzas

Origen y futuro del “súper peso”

Oportunidades bien aprovechadas en el mercado mundial

En los últimos meses, el peso mexicano ha tenido un comportamiento frente al dólar muy distinto de lo acostumbrado, al ubicarse en 17.1187 pesos por dólar al 30 de junio. El 24 de marzo de 2020, el tipo de cambio alcanzaba los 25.1185 pesos por dólar. De aquel momento al día de hoy, la moneda nacional ha recuperado casi un tercio de su valor (31.8 por ciento) frente a la estadounidense.

El tipo de cambio se entiende como el precio de la moneda de un país en función de la moneda de otro, por lo que también es un activo financiero. Se trata de una variable fundamental en la economía, pues define los niveles de competitividad y productividad en una región.

Un tipo de cambio libre, como el de México, permite que las divisas se ajusten automáticamente según las condiciones del mercado. Si hay mayor demanda de bienes y servicios del país, su moneda se apreciará, lo que hace que las importaciones sean más baratas y las exportaciones más costosas.

Definitivamente son varios los factores, tanto internos como externos, los que debemos considerar para entender el porqué del histórico “súper peso” que, según especialistas financieros, podría llegar a menos de 17 pesos por dólar. Actualmente, esta es la divisa de América Latina con mayor liquidez, es decir, la que más fácil y rápidamente se puede comprar o vender en el mercado sin afectar significativamente su precio. Pero no siempre ha tenido una posición tan privilegiada.

HISTÓRICA DEPENDENCIA DEL EXTRANJERO

Cuando hablamos de objetivos macroeconómicos, los más importantes son: el crecimiento de la economía, la generación de empleos y la estabilidad de precios. Sin embargo, con el paso de los años y la profundización del modelo neoliberal en México, esas metas fueron cediendo su prioridad a la atracción de inversión y a la estabilidad del tipo de cambio, los cuales comenzaron a ser vistos como fines y no como lo que son: medios para mejorar el panorama laboral y desarrollar la economía. Fue entonces que las finanzas mexicanas se situaron en un callejón sin salida.

La fuga de capital por la inestabilidad del sistema financiero; así como los altos niveles de inflación impulsados por el alza en los energéticos y el consecuente aumento de la pobreza en las familias mexicanas, fueron la constante de muchos años en México.

Históricamente, han sido principalmente factores externos los que han definido el tipo de cambio en México, por ejemplo, la demanda de bienes y servicios nacionales por parte de Estados Unidos. De ahí la necesidad de atraer Inversión Extranjera Directa (IED), ofreciendo a inversionistas internacionales la confianza y la rentabilidad para que su capital se quede en territorio nacional, a costa de depender de las importaciones como mecanismo de control inflacionario.

Rendimiento promedio anual interbancario a 48 horas; es decir, la relación peso-dólar en el mercado interbancario con liquidación en el segundo día hábil bancario. Cifras al 30 de junio de 2023. Crédito: SigloDATA/ José Díaz

Esta situación frenaba regularmente la apreciación del tipo de cambio en México. Entonces, ¿qué hizo posible la prolongada tendencia positiva que está teniendo el peso? Su fortaleza se debe, en buena medida, a la debilidad del dólar; sin embargo, hay otros factores involucrados.

TRANSICIÓN AL NEARSHORING

Se conoce como offshoring al famoso proceso maquilador en que un país busca regiones con mano de obra más barata o con acceso a materias primas a bajo costo.

En estos términos, la crisis de covid-19 dejó una lección amarga para Estados Unidos. Más allá de las lamentables pérdidas humanas, la pandemia puso de manifiesto la dependencia de las empresas norteamericanas hacia los mercados asiáticos. Debido a la lejanía geográfica, las cadenas de producción se vieron gravemente afectadas.

El 8 de julio de 2020, cuando se reunieron en Washington los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, ambos reconocieron esta desarticulación productiva, destacando la necesidad de acercar la producción de bienes y servicios a su territorio de consumo, en este caso, Norteamérica. En su discurso, el mandatario mexicano recordó a los vecinos del norte que México es el destino ideal para las compañías estadounidenses, por su cercanía, los salarios competitivos para el extranjero y el tamaño de la frontera.

Con ello se puso en marcha el nearshoring, un anglicismo utilizado para referirse al acercamiento de los procesos de producción a sus mercados finales. Esta nueva tendencia ha sido importante para el país, así lo confirma la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), quien informó que solamente el año anterior comenzó la construcción de 47 parques industriales nuevos para recibir la posible entrada de 30 mil millones de dólares gracias a la relocalización de las cadenas de suministro.

De acuerdo a cifras de la Secretaría de Economía, en el primer trimestre de 2023 llegó Inversión Extranjera Directa (IED) al sector manufacturero, inyectándole 18 mil 636 millones de dólares, que representa un 48 por ciento más que el monto recibido en el mismo período de 2022.

Es precisamente este Mexican moment uno de los principales factores que están contribuyendo a la apreciación del peso. El nearshoring dará un nuevo impulso a las exportaciones nacionales en los años por venir, así como a la inversión productiva y la generación de empleos, por lo que será fundamental la revisión de las políticas públicas en un escenario distinto al de los tiempos del offshoring.

AUSTERIDAD REPUBLICANA

El Consenso de Washington consiste en 10 reformas estandarizadas para modernizar las economías en desarrollo. Fue propuesto por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el gobierno norteamericano, y establece tres puntos significativos.

Crédito: SigloDATA/ José Díaz

El primero es mantener una disciplina fiscal cuyo déficit presupuestal no supere el dos por ciento del Producto Interno Bruto, tal y como lo está haciendo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) durante el presente sexenio, lo cual brinda certeza a inversionistas, agencias calificadoras y acreedores internacionales.

En segundo término está priorizar el gasto público, medida que también está implementando el gobierno actual con su famosa austeridad republicana, a través de la cual impuso recortes presupuestales en sectores como la burocracia o los fideicomisos.

Por último se encuentra la puesta en marcha de una Reforma Tributaria, lo cual todavía no se ha llevado a cabo tal cual, sin embargo, se sustituyó con el cobro de impuestos a los grandes deudores del país. Esta disciplina fiscal genera confianza en los mercados financieros; de otra manera, se reduciría la calificación crediticia del país, impactando el tipo de cambio.

AUTONOMÍA Y DISCIPLINA MONETARIA DE BANXICO

Durante gran parte del año anterior y lo que va de este, la inflación se convirtió en el principal problema de la economía en el país. Al ser independiente del gobierno federal, Banxico ha respondido con una política monetaria restrictiva, pasando la tasa de referencia del cuatro por ciento al 11.25 por ciento en el último año.

Esto se traduce en créditos menos accesibles tanto para el propio gobierno como para el sector privado. Sin embargo, las tasas de interés por encima de la inflación (que era de 5.84 por ciento en mayo) aseguran un flujo de inversiones al país debido a los atractivos rendimientos, lo que permite mantener la entrada de dólares y fortalecer el tipo de cambio, aun a costa del crecimiento económico.

Los altos rendimientos que ofrece el mercado mexicano al extranjero, son producto de la acumulación de reservas por parte de Banxico. Al momento, estas alcanzan poco más de 203 mil millones de dólares, lo que asegura los compromisos financieros del país al menos en el corto y mediano plazo.

Territorios como Reino Unido tienen una inflación de 8.7 por ciento y una tasa de interés del cinco por ciento, dando una diferencia de -3.7 por ciento. Esto es porque prefiere cuidar su crecimiento a costa de la inflación, aunque esos rendimientos negativos no pueden mantenerse por mucho tiempo. Mientras que este tipo de economías tendrán que aumentar sus tasas de interés eventualmente, Banxico tomó la decisión de adelantarse, por lo que es probable que para finales del año la tasa comience a descender nuevamente, una vez controlada la inflación.

Envío de remesas a México de migrantes. *Al primer trimestre de 2023. Cifras en millones de dólares. Crédito: SigloDATA/ Banco de México

MIGRANTES, LOS VERDADEROS HÉROES DE LA ECONOMÍA

Un peso fuerte impacta negativamente a las familias que reciben remesas, debido a que disminuye la cantidad de pesos que reciben por cada dólar; a pesar de esto, las remesas no han dejado de llegar, por el contrario, cada año rompen un récord de envíos.

La entrada constante de dólares a la economía es el factor definitivo para apreciar el peso. Si la oferta supera a la demanda, el precio tiende a bajar; por el contrario, si la demanda es mayor que la oferta, el producto suele encarecerse. Mientras se sigan comprando pesos con los dólares que llegan de los migrantes, la moneda nacional se mantendrá fuerte.

Justo durante la pandemia se incrementaron las remesas de manera significativa: de 2020 a 2021, aumentaron en casi 11 mil millones de dólares, es decir, alrededor de un 27 por ciento. En 2022, el alza fue de un 13 por ciento. Para el primer trimestre de este año, alcanzaron los 13 mil 949 millones de dólares, lo que parece indicar que, si la tendencia continúa, se romperá otro récord.

La decisión del gobierno federal de no endeudarse durante la pandemia es otro factor de estabilidad financiera para el país: mientras la deuda total representa poco menos del 50 por ciento respecto del Producto Interno Bruto (PIB), otras naciones como Grecia tienen una deuda del 171 por ciento respecto del PIB.

¿CUÁNTO DURARÁ LA FIESTA?

Se espera que para lo que queda del año algunas economías emergentes sigan incrementando sus tasas de interés, mientras que México podría estar iniciando el descenso en el último trimestre como resultado de una menor inflación. Esta decisión sería importante para alentar nuevamente la producción, el crecimiento económico y el empleo.

Sin embargo, al final del año el escenario podría comenzar a cambiar para la moneda nacional, debido al riesgo de recesión en Estados Unidos. Esto afectaría directamente las exportaciones mexicanas, así como al empleo en el vecino país del norte y, por lo tanto, a los envíos de remesas.

Un tercer elemento que podría transformar la dinámica del tipo de cambio mexicano tiene que ver con la sucesión presidencial y la inestabilidad política que esto pueda generar en el país.

El avance histórico del peso siempre se ha respaldado por la entrada de capital, las exportaciones, las remesas y la estabilidad macroeconómica; pero, a raíz del nearshoring y la disciplina fiscal, ha encontrado su mejor momento en décadas. 

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