Nina Menocal ha representado una fuerza decisiva para construir las bases del arte contemporáneo en México e incrementar su interés y estudio a través de la promoción y difusión del trabajo de competentes y talentosos jóvenes artistas latinoamericanos y de otros lados del mundo. Menocal, ha impartido conferencias y realizado proyectos curatoriales en museos e instituciones como el CCS Center for Curatorial Studies Bard Museum, NY; The Rockeffeler Brothers Fund, NY; Museo del Barrio, NY; Frost Art Museum y FIU, Florida International University, Miami, FL; MOOLA, entre otros.
¿Qué tan difícil es el trabajo de una galería en México?
Es muy difícil, pero no solamente en México, en todo el mundo. El trabajo de la galería es complicado porque siempre tienes una serie de gastos fijos que son muy elevados, tratas de trabajar con artistas de primera, curadores muy buenos, administradores muy profesionales, personal especializado de almacén, un departamento de comunicación, una infraestructura a la que tú le estás pagando en función de los artistas. Creo que uno se dedica a desarrollar las carreras de los autores, eso es muy importante porque el coleccionista que te va a comprar sabe que tú no vas a dejar al artista y que este está apoyado en todos los aspectos, tiene presencia en las ferias de arte, en los medios, en los museos.
Lo más difícil, con crisis o sin crisis, es todo ese trabajo que no se ve, la paciencia, por ejemplo, tampoco puedes andar subiendo los precios como las galerías comerciales a las que les interesa más la ganancia inmediata que la obra o el artista.
¿Parece que el mercado del arte contemporáneo es poco?
Yo creo que no. Hoy en día el arte contemporáneo es universal, está muy bien visto en todos los países del mundo, se han abierto museos de arte contemporáneos muy importantes, y en los grandes museos antiguos, como el Louvre de París, siempre tienen una exposición de arte contemporáneo, la tienen que tener porque es una lectura de nuestro tiempo, es una lectura cultural.
El arte contemporáneo se ha vuelto muy caro, dentro de los que manejan el mercado hay mafias que ponen los precios, como muchas veces pueden ser las casas subastadoras, ellos dicen cuánto vale un artista, o el artista que sabe promoverse. Los artistas mejor pagados en la actualidad son Jeff Koons y Damien Hirst, que venden en millones de dólares. Tú puedes irte a un anticuario y comprar una escultura de hace 500 años y te cuesta nada, en comparación a los precios del arte contemporáneo. Muchas veces la obra de un artista contemporáneo que no está aún muy reconocido te puede costar arriba de los 15 mil dólares, vete a un anticuario y verás lo que te puedes comprar con esa cantidad.
Pero también hay arte contemporáneo sobrevalorado...
Sí. Hay muchos que se unen con las galerías, los curadores, llegan a los eventos internacionales, las bienales, hay por ahí, como en todos los negocios, cosas mal y cosas bien. Hoy en día tú sabes quién es la gente honesta y quiénes están detrás de las trampas, que no son la realidad pero buscan dinero, eso pasa también en la política, cuando hay guerras es porque existen intereses que quieren vender armas o buscan poder, petróleo. Los artistas llegan a ser muy poderosos, se vuelven divas, estos artistas que ya tienen todo viven como quieren, imponen las tendencias que después siguen los decoradores, los diseñadores, etcétera.
¿Es necesario aclarar que arte contemporáneo no es sólo lo VIP (video, instalación y performance)?
Es que en el boom del arte contemporáneo, hace quizá 20 o 30 años, digo, después de 1920 y lo que hizo Marcel Duchamp con el orinal, tomó fuerza, se empezaron a utilizar utensilios de la vida cotidiana para hacer arte, muchos agarraban lo que tenían en la casa y hacían arte contemporáneo. Pero fue en los años sesenta que se puso de moda este término del 'VIP' y se declaró que la pintura estaba muerta, pero nunca ha pasado eso. Pasaron los años y ahora se sabe que hay artistas contemporáneos que también siguen haciendo grabado, pintura y escultura, otros que hacen instalaciones, videoarte, arte sonoro, lo relacionan con la arquitectura, cruzan fronteras, tal vez eso es lo que hace de lo contemporáneo algo tan rico en lenguajes, hay mucha gente enamorada del arte y la cultura universal, trabajan arte contemporáneo sí, pero saben de arte, del valor del pasado, las técnicas, lo traen al presente y lo proyectan al futuro, eso es lo que yo promuevo en mi galería, el arte que está aquí y ahora, pero que respeta mucho las técnicas del pasado y se proyecta hacia adelante.
¿Y los temas que abordan si tienen proyección a futuro?
Sí. Hay mucha obra que propone ideas, hace denuncias de la vida contemporánea, reflexiona sobre lo que nos está pasando.
¿Cómo selecciona un artista Nina Menocal?
Yo creo que es un poco el destino, de repente te llegan, claro todo ha cambiado en la actualidad con respecto a mis inicios, la tecnología, por ejemplo, te permite que muchos artistas te llaguen a través del internet; quienes tienen un interés en estar en tu galería te contactan, yo casi siempre abro todos los dossier, y si hay algo que me llama la atención los invito a conversar y empezamos a ver la posibilidad de hacer un proyecto juntos, no te comprometes en un inicio a trabajar con ellos por el compromiso tan grande que esto significa, pero sí los invitas a exhibiciones, los conoces y luego se va dando que terminas con alguno.
En otros casos, como el de Rosa Brun por ejemplo, una gran representante de la geometría abstracta, quien ahora es mi artista y la voy a llevar a Zona Maco, me la encontré hace tres años que estuve en Buenos Aires, entré al Museo de Arte Contemporáneo y había una exhibición de geometrismo abstracto que incluía artistas muertos, consagrados y algunos contemporáneos. De repente vi un cuadro que era una maravilla, que además me hizo sentir emociones, imagínate que un color plano y una forma te haga sentir emociones, que empieces a vibrar; enseguida pregunté por la artista, que si estaba muerta y me dijeron que era una española y que estaba viva, la fui a buscar, la traje a México, vendí su obra enseguida a través de grandes arquitectos como Víctor Legorreta, Juan Garduño, maestros que han hecho arquitectura internacional, con coleccionistas, y ha sido de gran impacto su obra.
Ahora la traigo a Zona Maco, aunque eso implica un gran gasto, por el transporte de la obra, que son escultóricas, muy pesadas y de gran formato, esos son cosas de las que se debe hacer cargo la galería, como parte de su trabajo en la promoción de un artista.
¿Qué tan importante es para los artistas estar en una galería que le venda obra?
Yo creo que para los artistas ya no es sólo cuestión de talento, sino de suerte, que encuentren una buena galería que los desarrolle, que los acerque a las instituciones, a los curadores internacionales, que los lleve a ferias de otros países, pero también que se ocupen de ellos. Un artista necesita que se ocupen de él, en todos sentidos, que cuando viajen tengan la presencia de su galería, aunque expongan en una institución, es decir que conversen con ellos, que estén pendientes de dónde se hospedan, la tarea del galerista es interesarse en todo lo que vea el artista, si fue a ver un espacio, un proyecto, un paisaje natural, porque además uno aprende de ellos, entabla amistad, más allá de un vínculo comercial. Porque incluso uno tiene que preocuparse por los materiales con los que trabajará un proyecto, si tiene las comodidades para vivir tranquilamente y poder desarrollar la obra, esos son aspectos que no se ven pero hacen parte de la relación entre el creador y el promotor, en este caso el galerista.
¿Cómo se invierte en un proyecto?
Por ejemplo, mi próxima apuesta en Zona Maco es muy costosa, tuve que invertir una fuerte cantidad, porque uno de mis artistas, Carlos Aguirre, decidió hacer un mural grandísimo, con corte láser, en ese caso hay que ver no solamente el material, sino los pulidos, trabajar con el taller que le da confianza al maestro, asegurarle al artista, que estaba nervioso porque se acababa de mudar a una casa nueva, asegurarle que yo me voy a ocupar de la parte económica.
Carlos Aguirre, que es un gran artista mexicano, acaba de tener una exhibición en el Museo de Arte Moderno en Ciudad de México, fue maestro de todos nuestros artistas contemporáneos que han tenido éxito en el extranjero, padre de Carlos A. Morales.
¿Pero hay inversiones que dan grandes resultados?
Hace muchos años traje de Cuba, que nunca había expuesto en el extranjero, a Tomás Sánchez, hoy día un artista muy cotizado que vende en cientos de miles de dólares, yo lo traje en 1989 a la Glaería Arvil. En esa época yo tuve que ponerle un departamento en la Ciudad de México para que viviera con su compañero, para que estuviera tranquilo y pudiera trabajar con buenos materiales que no había en Cuba. Él realizó esa exhibición y vendimos todo, una obra fantástica, maravillosa, vendimos, por ejemplo, obra en diez mil dólares, que hoy día la puedes ver en subasta en 800 mil dólares, eso es algo grandioso, no por la parte económica, sino por la satisfacción de que hiciste parte importante en la carrera de ese artista.
Recuerdo que Tomás, que no había salido de Cuba, estaba fascinado con las tiendas, es mágico porque compartes sueños, te metes en la cabeza del artista, comprendes su forma de ser y le das un poco de lo que tu eres, recibes su lado humano.
¿La cercanía con el arte te hace coleccionista?
Sí, te vuelves coleccionista. Yo tengo una colección importante de obra que me ha despertado emociones, lo que pasa es que cuando no eres una persona de mucho poder adquisitivo llega un momento en el que no puedes comprar, y entonces empiezas a seleccionar con mucho cuidado. Porque pasa que cuando uno se enamora de una obra inmediatamente la pone en su cabeza y entonces le pide facilidades al artista y es algo natural para quien le encanta el arte. A veces el tema no es que no te cabe una obra en la casa, es que no te cabe en el bolsillo, cuando eres coleccionista los guardas y cambias la museografía de tu casa para convivir con las obras.
Llega el caso de las personas que son coleccionistas y que con el tiempo se vuelven mecenas, prestan su obras para que el público las disfrute, eso es filantropia desde el arte.
Herramientas
Comprometida desde sus orígenes con artistas emergentes mexicanos, cubanos y latinoamericanos y pionera en México en las principales ferias de arte internacional, la Galería Nina Menocal ha ayudado a consolidar el arte contemporáneo mexicano.
No hay que olvidar que Menocal ideó y fue fundadora del primer y original Corredor Cultural de la Roma (CCR) (1993-1995), una asociación entre la Delegación política y las galerías privadas NinaMenocal, OMR, Casa Lamm y Florencia Riestra. La delegación se dio a la tarea de embellecer los jardines, fuentes y bancas y limpiar e iluminar los parques, rescatar las construcciones de mayor tradición y apoyar los proyectos de arte en las calles. El CCR, inaugurado el miércoles 8 de septiembre de 1993 con un concierto conceptual del artista Ofill Hechevarria, regresó a la Roma la vida y elegancia que tuvo en su origen y fue un gran acierto cultural para la Ciudad de México. En 1994 el CCR ya convocaba al Primer Certamen de Esculturas al Aire Libre, en las calles y camellón entre las galerías de plaza Río de Janeiro y la Galería Nina Menocal, que fue un gran éxito y causó debates y polémicas entre el medio artístico. Otro acierto del CCR fue el evento “¿Dónde queda la memoria de la calle?” en el que Jerónimo Haggerman pintó con gis en el asfalto palabras y preguntas sobre las memorias de las calles del Corredor. Un esfuerzo conjunto entre iniciativa privada, autoridades y vecinos de la comunidad había iniciado.
ARTISTAS REPRESENTADOS E INVITADOS
Carlos Aguirre, Grimanesa Amorós, Lluis Barba, José Bedia, Rosa Brun, Ángel Delgado, Duvier del Dago, Humberto Díaz, René Francisco Rodríguez, Gabriela Gutiérrez Ovalle, Atelier Morales, Sofía Ortiz, Eric Pérez, Rodolfo Peraza, Martin & Sicilia, Jiro Suzuki, Omar Torres, Ulises Gonzalez, Roy Dowell, Perla Krauze, Francisco Larios, Esaú de León, Laurie Litowitz, Patrick Pettersson, Manuel Piña, Sandra Ramos, Katiuska Saavedra.
Twitter: @uyohan
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